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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA

80 M.ª DOLORES HERRERO FERNÁNDEZ-QUESADA Artillería e Ingenieros, se cambió el sistema de instrucción de sus futuros oficiales y abrieron colegios militares específicos donde se formarían los Caballeros Cadetes. Y en cualquiera de las dos modalidades de acceso mencionadas era im-prescindible la presentación del Memorial de Pruebas de Nobleza para ser recibido como Caballero Cadete. Se debía aportar un expediente documen-tal que acreditase la condición del aspirante de “hijodalgo notorio, según las leyes de mis Reynos, debiendo hacer constar esta calidad formalmente con instrumentos comprobados y justificativos”22, o bien ser hijo de militar con el grado de teniente coronel. En la reformista política militar borbónica, esta medida no fue tanto una norma discriminatoria, como el diseño de una herramienta imprescindible en el proceso de renovación y rehabilitación de la institución militar. A lo largo del siglo XVIII, el perfil del militar ilustrado aumentaba su cotización al alza, lo que se percibe especialmente en el caso de los ingenie-ros y los artilleros. Los primeros tras su formación académica y militar en sus respectivos colegios presentan además un perfil científico–técnico muy notable, no solo por su formación de élite sino también por sus competen-cias, y sus respectivas trayectorias profesionales vinculadas para los inge-nieros a las grandes obras de la arquitectura e ingeniería militar, e incluso del urbanismo23; mientras que los segundos para los artilleros –además de la complejidad de dominar su sistema de armas– al proceso de estatalización y despegue de la industria bélica española, como directores de las fabricas militares en España24. En suma, en la España Borbónica la carrera de las armas se profesio-nalizó, y ya los militares se formaban regladamente y dedicaban su vida a la milicia. El prestigio de aquellos estudios se consolidó de tal manera que incluso llegó un momento que tuvieron que restringir el ingreso, impedir 22  Instrucción de lo que parece conveniente se mande observar, si fuere del agrado de S.M. acerca de las circunstancias que deben concurrir en la admisión de los in-dividuos para la Compañía de Caballeros Cadetes del Real Colegio de Artillería, destinada en el Departamento de Segovia, 1763. Estas condiciones así redactadas aparecen en el resto de Reglamentos y Ordenanzas que durante el siglo XVIII reglaron el ingreso de los Caballeros Cadetes a las academias militares. 23  HERRERO FERNÁNDEZ-QUESADA, Mª Dolores: “La ciencia y técnica mi-litar”, en Aproximación a la historia militar de España. Madrid, 2006, en vol. 3. 24  De hecho la formación, el plan de estudios en el Colegio Artillero daba cabida a esas competencias industriales de los artilleros. En este sentido, se ha trabajado en HERRERO FERNÁNDEZ-QUESADA, Mª Dolores: Cañones y probetas en el Alcázar. Un siglo en la historia del Real Colegio (1764-1862). Segovia, 1993; y en “La ciencia y la técnica militar”, y “Artillería. Evolución histórica de los ma-teriales”, dos capítulos de la obra Aproximación a la historia militar de España. Madrid, Ministerio de Defensa, 2006. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 73-134. ISSN: 0482-5748


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