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MEMORIAL CABALLERIA 71

98 TRADUCCIONES Es un hecho triste que generación tras generación de Muftis suníes, los clérigos suníes de más alto rango, y los Ayatollahs, los clérigos chiíes de más alto rango, a lo largo de los años han adoctrinado a su clero subalterno así como a las masas con enseñanzas seleccionadas que promueven intolerancia, exclusión y hostilidad hacia los no musulmanes, gente etiquetada como paganos, infieles, no creyentes y apóstatas. La cuidadosa elección de la escritura, combinada con la mentalidad de asedio endémica a la cuna del Islam, el Medio Oriente, genera una furia de odio que tiene el potencial de devorar al mundo. Si los musulmanes pudieran purgar los aspectos negativos de su escritura y practicar sus enseñanzas positivas, el mundo se convertiría en una comunidad diversa de humanidad y paz entre todos. La pregunta es: ¿es eso posible o estamos abocados a un choque de civilizaciones?. También hay algunos versos no violentos en el Corán. Uno, por ejemplo, dice: el más amado entre vosotros a la vista de Dios es el más virtuoso. No el rico, no el poderoso y no el malévolo. El más virtuoso es el más querido, dice. Pero los radicales islamistas han interpretado que matar y mutilar a los infieles son grandes actos de virtud, actos que les hacen los más queridos por Dios. En un intento de pulir la imagen del Islam, los apologistas musulmanes normalmente citan versos del Corán que fueron escritos en los primeros días del movimiento islámico, cuando Mahoma vivía en la Meca. Esos pasajes hacen parecer al Islam cariñoso e inofensivo porque hablan de amor, paz y paciencia. Eso es un engaño. Los apologistas no le dicen a las crédulas masas que tales versos, aunque todavía están en el Corán, fueron anulados, abrogados, sustituidos por pasajes posteriores que incitan a matar, decapitaciones, mutilaciones, terrorismo e intolerancia religiosa. Los últimos versos fueron pergeñados mientras el cuartel general de Mahoma estaba ubicado en Medina. La reforma del Islam no es desafortunadamente una posibilidad realista. Casi el único acuerdo universal que existe entre las autoridades islámicas es que cada palabra del Corán es la palabra de Dios y no es objeto de modificación humana, nunca. Los Hadices también gozan de un estatus sacrosanto similar. Y por supuesto, la fiel conducta de Mahoma como está reflejada en la Sunna es el modelo a ser emulado. Aquí, uno puede aprovechar y elegir, pero uno no puede descartar o revisar cualquier parte de la escritura. Por esta razón no se ha producido una reforma del tipo Martin Luther y seguramente no sucederá nunca en el Islam. Los detractores del Islam apuntan numerosas cosas absurdas en las escrituras islámicas. En justicia con el Islam, podemos encontrar el mismo número de cosas absurdas evidentes en otras escrituras religiosas. Muchas de las cosas absurdas de las escrituras pueden, de hecho, ser alegorías, metáforas, símiles y símbolos. La escritura islámica, por ejemplo, relata que Mahoma partió la luna por la mitad con su espada. Claramente, partir la luna debe ser tomado simbólicamente. Algunos declaran que en este caso «luna» significaba las altas divinidades religiosas del tiempo y Mahoma las destruyó con la espada de su nueva fe. Fue la espada material la que puso en marcha el Islam fuera del desierto arábigo y la forzó a la gente en todas partes. El hecho de que el Islam es una casa astillada complica las cosas grandemente. La fe está dividida en sectas suníes y chiíes con numerosas sub-sectas. Las divisiones y discusiones son tan profundas que los miembros de una secta consideran a los otros musulmanes como apóstatas merecedores de la muerte. La división viene de los mismos tiempos del Profeta. Los chiíes creen que los enemigos de la fe verdadera subvirtieron su cadena de autoridad a la muerte de Mahoma. Declaran que el Profeta, en su lecho de muerte, pidió un pergamino para dictar su voluntad y nombrar a Alí, su sobrino y yerno, como sucesor. Los chiíes declaran que Omar, un influyente discípulo y comendador de la fe, declinó la petición diciendo al Profeta: hasbena ketab-ul-llah, suficiente para nos es el libro de Dios. Poco después comenzó la división y la verdadera lucha, y continúa hasta hoy. La opresión de las minorías chiíes en Arabia Saudí y Pakistán son sólo dos manifiestos ejemplos de esta larga e irreconciliable hostilidad intra-fe. Las mayorías chiíes en otras tierras devuelven el favor a las minorías suníes, como es el caso de Irán. Las recientes horribles matanzas sectarias en Irak representan claros ejemplos de irreconciliables diferencias entre los varios demandantes del manto del verdadero Islam. La Biblia dice, «por sus frutos los reconoceremos ». Los frutos del Islam están ahí para que todos los vean por sí mismos. El Islam puede haber dado al mundo algunos frutos escogidos. Ha dado con seguridad al mundo muchos frutos envenenados también.


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