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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 332

cultura vive la avent ura del Galeón de Manila Dos siglos después, la ruta española que unió tres continentes reedita sus viajes en el Museo Naval de Madrid LUZ tenue, velas que parecen flamear animadas por un incipiente viento, sonidos de mar… Todo augura un próximo embarque para zarpar con las primeras luces del alba. Así espera al visitante —marino, misionero, comerciante o turista por unos momentos— la exposición El Galeón de Manila. La ruta española que unió tres continentes. La cita es en un nuevo puerto, esta vez europeo: el Museo Naval de Madrid (www.armada.mde.es/museonaval). HASTA EL 12 DE FEBRERO La institución de la Armada, con sede en el paseo del Prado de la Villa y Corte, «reabre» de este modo, y hasta el próximo 12 de febrero, el servicio transoceánico que durante dos siglos y medio —entre 1565 y 1815— unió de forma regular los territorios de la Monarquía Hispánica en una y otra orilla del océano Pacífico, Asia y América, las islas Filipinas y el novohispano puerto de Acapulco, hoy México (RED n. 314). La singular conexión se prolongaba después hasta el continente europeo a través de una expedición que por tierra llegaba a la ciudad de Veracruz, en la costa este de Nueva España, y que proseguía por el océano Atlántico, hasta los puertos de Sevilla y Cádiz, centros de referencia para las conexiones con los reinos americanos. El Galeón de Manila comunicaba así tres de los cuatro continentes conocidos hasta entonces. La Antártida estaba aún por descubrir como tal, al igual que Oceanía, aunque los marinos españoles que navegaron por las aguas del Pacífico y el Índico —el Lago español por entonces— sí llegaron a conocer sus tierras en diferentes expediciones. En concreto, en 1606, Luis Váez de Torres, avistó la actual Nueva Guinea y navegó por el estrecho que la separa de Australia, canal bautizado con su nombre y denominación que todavía se conserva. PRIMEROS PASOS En los orígenes del Manila, estuvo el mismo sueño que llevó a la Corona de Castilla y a su reina Isabel I a financiar el proyecto de un marinero llamado Cristóbal Colón, que aseguraba poder navegar por occidente hacia Oriente, a los mercados de la especiería —bien Modelo del navío N. S. del Pilar de Zaragoza y recreación de su entrepuente a tamaño real. Arriba, escenificación del mercado de Manila, con tinaja china con dragón y jarrón martabán. Octubre 2016 Revista Española de Defensa 57


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