las operaciones. Sabemos que van bien. El rendimiento de las fuerzas armadas iraquíes ha sido mejor incluso del esperado, lo que refuerza la caída de la moral de los terroristas. Esto no debe llevar a relajarse antes de tiempo, una bestia moribunda es siempre peligrosa y estará siempre dispuesta a hacer el mayor daño posible antes de su derrota final. Los terroristas han tenido cautiva y aislada mucho tiempo la ciudad, por lo que han tenido mucho tiempo para preparar una defensa fuerte. Todo dependerá del grado de colaboración de la población de Mosul, pero el final no puede ser otro que la derrota del Daesh. Tenemos claro el final, pero el camino es aún incierto. —En 2014 el Ejército iraquí entregó Mosul sin apenas resistencia ¿Qué ha cambiado para que estén dando la vuelta a la situación? Iñaki Gómez/MDE las unidades adiestradas son conscientes de la mejora técnica y del incremento de la moral de los suyos; están muy agradecidos y nos lo transmiten desde el frente. Hace dos semanas, tras la exitosa liberación de Sharqat, ciudad clave y próxima a Mosul, recibimos de parte del jefe de la Brigada 34 su trofeo de guerra, la Bandera del Daesh que ondeaba en dicha localidad. La Brigada 34, entrenada en Besmayah durante el mes de agosto, fue la encargada de realizar dicha misión y lo hizo con una rapidez inesperada, sufriendo tan solo dos bajas y cuatro heridos. —¿Qué enseñanzas podemos sacar para nuestras fuerzas armadas? —La mayoría de ellas son conocidas, de hecho hay pocos conceptos nuevos. Los iraquíes tienen la sensación de que ya sabían todo. Pero, una vez más, lo más importante no es conocer la teoría, sino ponerla en práctica. Ante todo se destaca la importancia capital de la moral, de la voluntad de vencer, de que se está combatiendo por una causa justa. A ello hay que unir un conocimiento en detalle del enemigo e incorporar al adiestramiento en tiempo real las técnicas, tácticas y procedimientos que usa el Daesh. Además, se ha demostrado el enorme valor de los carros de combate en las operaciones, así como la importancia del liderazgo, tanto para arrastrar a sus hombres como para adoptar las decisiones correctas, algo esencial en el caso de las bombas trampa. —¿Qué recuerdos se lleva de la misión? —Lo más importante son las personas. Por nuestra parte, el accidente que costó la vida al soldado Aarón Vidal López fue el momento más duro, que se tuvo que superar para seguir afrontando la misión que quedaba por delante, si bien le mantenemos en la memoria. El gimnasio de la base lleva su nombre, en su interior se expone un cuadro con su rostro, y en el lugar del accidente hay un monolito que recuerda el hecho. Y con los soldados iraquíes se llega a tener una relación que supera lo profesional. Son cercanos, agradables, muy patriotas y orgullosos. Para nosotros todos tienen nombre y apellido y seguimos su evolución en combate como la de compañeros de armas. Estamos muy orgullosos de su comportamiento. Víctor Hernández —Lo que ha conseguido el adiestramiento es que el Ejército iraquí tenga ahora la combinación de voluntad de vencer y capacidad técnica para hacerlo. Tienen moral de victoria, ahora las Fuerzas Armadas iraquíes son conscientes de que pueden derrotar a su enemigo. Su progreso en el adiestramiento y los apoyos de fuego aéreo y de artillería de la coalición han revertido la situación. Un ejército que huía aterrorizado en 2014 ahora conoce a su enemigo, sabe cómo derrotarle y tiene detrás a la fuerza legítima de la comunidad internacional. El ritmo de la campaña lo llevan ellos como país soberano, pero el respaldo y la coordinación es total. Lo mejor de cada país está aquí para ofrecerles la ayuda que pidieron en 2014. —¿Qué impresiones le trasladan los mandos iraquíes sobre el rendimiento de sus unidades en combate? —Los jefes de las brigadas y del resto de Noviembre 2016 Revista Española de Defensa 17
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 333
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