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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860

el hecho de que la Seguridad Nacional debe ser objeto de una Política de Estado, con continuidad en el tiempo son argumentos sólidos para pensar en un carácter continuista de las líneas estratégicas definidas para la Defensa Nacional. Por ello, el Futuro Sistema Aéreo de Combate de las Fuerzas Armadas españolas debería ser capaz de proporcionar una disuasión creíble, reaccionar y neutralizar cualquier riesgo o amenaza de orden militar a los intereses nacionales y colaborar activamente en el mantenimiento del compromiso de España con el sistema de seguridad colectiva. En definitiva, y como no puede ser de otra manera, la definición y planificación de esta capacidad debe estar ligada a las líneas estratégicas militares que permitan cumplir esos objetivos por lo que parece del todo conveniente que las renovaciones de los sistemas AV8B Harrier II Plus de la Armada y del EF-18M del Ejército del Aire se acometa, tal y como se ha sugerido al principio de este artículo, de forma conjunta y enfocada a analizar los efectos que dicha capacidad del poder aeroespacial debe aportar a la acción conjunta. EL SISTEMA EUROFIGHTER: NÚCLEO DEL FUTURO SISTEMA AÉREO DE COMBATE ¿Y qué es el Futuro Sistema Aéreo de Combate de las Fuerzas Armadas españolas? El FCAS debería ser entendido como un sistema de sistemas multiplataforma responsable desde el aire de proporcionar los efectos que sean necesarios en el resto de los dominios y a lo largo de todo el espectro de conflictos. Para el caso español y desde la perspectiva de sistema de sistemas, el FCAS debe nacer incorporando las capacidades disponibles en los sistemas de armas ya existentes. Y para el 2030+ nadie puede ni debe dudar que el núcleo de este FCAS es el sistema de armas Eurofighter EF-2000. En la actualidad, la combinación de capacidades como gran maniobrabilidad, alta relación empuje-peso, techo de combate, crucero supersónico, avanzada aviónica y notable capacidad Vista desde cabina del repostaje en vuelo de un F-18. de carga de armamento permite al sistema EF-2000 cubrir las líneas estratégicas militares establecidas para la Defensa Nacional. Y no sólo las militares, el programa Eurofighter puede considerarse como el paradigma del fortalecimiento del tejido industrial español de Defensa, una línea de acción estratégica clave6 que España no puede ni debe renunciar en el futuro. No obstante, en mi opinión, la posición del Eurofighter como pilar del FCAS está sujeto a dos importantes riesgos en el corto-medio plazo. Por un lado, si se pretende mantener el sistema de armas operativamente capaz en los escenarios 2030+, éste debe continuar con el proceso de conversión de la plataforma en un sistema multirol asumiendo progresivamente misiones que ahora tienen asignadas los sistemas de armas Harrier y el EF-18 y, hacia mediados de la siguiente década, someterse a una modernización de sensores, armamento y conectividad que le permita extender su capacidad operativa hasta al menos el 2040. Nada nuevo que los responsables del Ejército del Aire no hayan contemplado7 y que, además, está alineado con los planes de otras naciones del programa Eurofighter8, existiendo ya programas de referencia similares como es el caso de proyecto Centurion de la RAF diseñado para garantizar para el año 2019 una transición fluida de las capacidades aire-suelo del Tornado9. El riesgo es, por tanto, de índole económico más que técnico-operativo. Pero si España no continúa invirtiendo en el programa –con las consideraciones nacionales que sean necesarias–, el sistema no podrá alcanzar su máximo potencial lo que continuará alejando a potenciales compradores de un “producto finalizado” poniendo en duda la rentabilidad de la inversión10. El otro riesgo, aunque con evidentes implicaciones económicas, tiene un mayor impacto operativo en tanto en cuanto cuestiona la posibilidad del FCAS de cumplir con las líneas estratégicas definidas. Se trata de la continua reducción de la cantidad de aviones disponibles para conformar la capacidad. La decisión del Ministerio de Defensa de cancelar la compra de aviones Eurofighter de las Tranches 3B y el intento de poner en el mercado los 19 aviones de Tranche 1 no dejan lugar a dudas de que hay una corriente de pensamiento de que hay un exceso de plataformas y que, en el futuro cercano, las FAS no contarán con los 87 aviones Eurofighter inicialmente contratados sino con un número sustancialmente menor. A este menor número de sistemas hay que sumar REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2017 107


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