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Revista española de Defensa 325

Una reducción en entredicho EN 1997, Bill Clinton y Boris Yeltsin, se atrevieron a celebrar juntos en un mediática rueda de prensa que la Guerra Fría había quedaba liquidada al firmar el nuevo sistema de relaciones entre la OTAN y Rusia. Los antaño enemigos eran ahora colaboradores fruto del entendimiento y años de desarme. Pero no debió quedar tan zanjada cuando varios de sus sucesores han vuelto ha celebrar la supuesta liquidación. Lo hicieron George Bush padre y Vladimir Putin en mayo 2002 cuando acordaron una reducción de armas estratégicas sin precedentes. Y, de nuevo, fue anunciado el fin del enfrentamiento entre Washington y Moscú en abril de 2010 cuando Barack Obama y Dimitri Medvédev suscribieron en Praga el START III. Lo que sí es cierto es que desde que los bloques desaparecieron el arsenal ruso y americano, tanto convencional como táctico o estratégico, ha disminuido de forma considerable y la transparencia es muchísimo mayor. Las armas nucleares se han reducido en un 25 por 100 desde 1989 hasta hoy. Estos son los pasos andados y desandados. L 25 de mayo de 1972. La todavía Unión Soviética y Estados Unidos firmaron el primer gran pacto de desarme: el Tratado Antimisiles Balísticos (ABM) que impide el despliegue de cabezas estratégicas en el espacio y reduce el número de áreas de despliegue de sistemas ABM de dos a una, alrededor de la capital o, en su caso, en una única área de despliegue de misiles balísticos intercontinentales. El máximo de interceptores de misiles terrestres se situó en 100 y en 15 el número de lanzaderas de interceptores para la realización de pruebas. El 12 de diciembre de 2001 Estados Unidos anunció que abandonaba el Tratado para desarrollar su programa de defensa espacial antimisiles. L 26 de mayo de 1972. Un día después, Richard Nixon y Leonid Brezhnev firman el proceso conocido como SALT-1 (Strategic Arms Limitation Talks) para incidir en lo acordado en el Tratado ABM y, además, limitar el número de sistemas antimisiles. L 18 de junio de 1979. Se firma el SALT-2 que contempla el anterior limitando también el número de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) . El tope se fija en 2.400 para cada una de las partes L 8 de diciembre de 1987. Mijail Gorvachov y Ronald Reagan firman el tratado de eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF). L 19 de noviembre de 1990. Veintiocho países de Europa Occidental y Oriental, además de EEUU y la URSS, firman el Tratado de Reducción de Fuerzas Convencionales en Europa (FACE). El 14 de julio de 2007 Rusia suspende su aplicación en respuesta a los planes estadounidenses de desplegar su escudo antimisiles en Europa Oriental. L 31 de julio de 1991. Gorvachov y Bush firman el START I. Fija el tope de cabezas en 6.000 y sus bombarderos estratégicos y misiles balísticos en 1.600. Los acuerdos afectan a las cabezas estratégicas y operativas, no a las almacenadas y tácticas. L 3 de enero de 1993. El START II hace una nueva reducción: las cabezas se fijan en 3.500 para EEUU y 3.000 para Rusia antes de que acabe 2007. Fue ratificado por Rusia el 14 de abril de 2001. Estados Unidos nunca llegó a hacerlo. El 14 de junio de 2002 Rusia abandonó el Acuerdo en respuesta a la salida de Estados Unidos del Tratado ABM. L 8 de abril de 2010. Barack Obama y Dimitri Medvédev firman en Praga el START III. El límite de ojivas se sitúa en 1.550 para cada una de las partes y en 800 vectores de lanzamiento. El plazo para su cumplimiento debería ser antes de finales de 2017. Tras la crisis de Crimea y Ucrania, ambas partes han dejado su aplicación en suspenso. rrollo más de 11 proyectos que incluyen desde aviones hasta misiles de crucero. También un programa de proyectiles de corto alcance, algo que preocupa de manera especial al gobierno indio. Nueva Delhi, por su parte, ha mejorado la clase Agni de misiles balísticos para dotarlos de más movilidad y alcance. Las nuevas baterías móviles tendrán un rango de distancia de 8.000 kilómetros. Israel pondrá en los próximos meses en funcionamiento las baterías de misiles móviles Jerico III con un rango de 6.000 kilómetros; posee además varios aviones F-15 y F-16 con capacidad nuclear y tres submarinos de la clase Delfín que pueden Dimitri Astakhov/EFE disparar un misil con carga atómica a una distancia de 1.500 kilómetros. De Corea del Norte se sabe poco, pero lo que sí está claro es que posee al menos diez cabezas y la tecnología suficiente para adaptarlas a un misil (desde hace dos años el país asiático está inmerso en un programa para conseguir cargas más poderosas y con menor tamaño, por debajo de un metro de diámetro de grosor y de una tonelada de peso). Se cree que las pruebas de 2006 y 2009 fueron con dispositivos de fusión de plutonio, pero se especula que la del 2013 fue con uranio enriquecido (este último, mucho más complejo de conseguir, necesita más centrifugadoras pero son más pequeñas y más fáciles de esconder. Además, Corea del Norte casi ha agotado sus existencias de plutonio de calidad armamentística, pero tiene abundantes reservas de mineral de uranio). También se sabe que su programa de desarrollo de misiles de largo alcance (ICBM) sigue operativo y, tras su ensayo del 6 de enero, hay serios indicios para pensar que ha empezado a trabajar en misiles de carga submarina (SLBM). Rosa Ruiz Febrero 2016 Revista Española de Defensa 51


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