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MEMORIAL INGENIEROS 90

JULIO 2013 13 La imagen adjunta sirve para ilustrar esta idea. En ella aparece una obra de fortificación realizada durante la Segunda Guerra Mundial que to-davía se conserva en la actualidad: asentamientos para baterías de cos-ta en los alrededores de la bahía de San Francisco (Estados Unidos), en prevención de un segundo ataque japonés. Los sacos propiamente di-chos hace mucho tiempo que se han podrido, dejando paredes construi-das a base de bloques con forma de saco y aspecto flexible, según la ma-nera en que fueron colocados cuan-do el hormigón estaba fresco. Asentamientos para baterías de costa realizados durante la Segunda Guerra Mundial en los alrededores de San Francisco (Estados Unidos) ¿Por qué, entonces, se dejó de utilizar esta técnica? La respuesta puede ser que, al tra-tarse de hormigón en masa, existía el peligro potencial de las proyecciones, que podían ser tan dañinas como los propios impactos del enemigo. Si bien los primeros estudios sobre las fibras de acero datan de comienzos del s. xx, no fue hasta los años 60 cuando aparecieron empresas que las comercializaban, generalizando su uso. Fue entonces cuando quedó comprobado que el hormigón reforzado con fibras metálicas era espe-cialmente apto para resistir impactos de proyectiles. Pero, probablemente, nadie volvió la vista atrás para retomar la construcción con sacos terreros rellenos de HRFA. Las fibras de acero son las que más se emplean en el refuerzo de hormigones por ser las más eficaces y económicas. El acero posee un módulo de elasticidad diez veces superior al del hormigón; las fibras de acero detentan una buena adherencia a la pasta, alto alargamiento de rotura y, por otra parte, son fáciles de mezclar. Según el doctor Fernández Cánovas, los principales efectos de la incorporación de fibras de acero al hormigón son: –  Mejora del comportamiento a flexotracción. –  Incremento de la resistencia a rotura. –  Aumento de la resistencia a tracción. –  Fuerte incremento en la resis-tencia a impacto y choque. –  Gran resistencia a fatiga diná-mica. Las fibras con los extremos confor-mados elevan la resistencia a trac-ción del hormigón en un 30% con Las fibras “Dramix” RC-80/60 de extremos conformados utilizadas en el RING 8 fueron proporcionadas desinteresadamente por la empresa Bekaert relación a otras fibras rectas empleadas en el mismo hormigón. Los extremos ofrecen una resistencia muy elevada al deslizamiento, aunque se hayan formado microfisuras debidas a una deformación grande de la pieza; es decir, se produce un control muy importante de la fisuración, con las ventajas que ello tiene para la durabilidad.


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