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su CR.32 es alcanzado por una granada de 75 mm. disparada por un cañón de la artillería antiaérea italiana y se prende fuego. Se trata de un error, uno de los muchos que se registran a lo largo de la guerra y que ven como protagonistas a aviadores de cada una de las partes en conflicto. Se lanza en paracaídas y se salva, aunque con quemaduras en el rostro y las piernas. Así finaliza su participación en la Guerra Civil española37. EPÍLOGO La revisión de los libros autobiográficos de los pilotos italianos en España podría concluirse aquí. Sin embargo es preciso señalar otro mérito de la Asociación 4º Stormo: haber colgado en internet junto con las de tantos otros aviadores, las fotografías del capitán Vincenzo Dequal, extraordinarias por su número, calidad e interés. Si son interpretadas correctamente, ofrecen una visión original sobre protagonistas, lugares y sucesos cuyo significado para fines de investigación histórica supone un valor enorme38. Se puede mencionar una última anotación sobre los pilotos que, a lo largo de la misma Guerra Civil española y en los años sucesivos, han escrito artículos en los cuales hablan de su experiencia en las unidades de la Aviación Legionaria. Citamos algunos de ellos: el capitán Enrico Meille, comandante de la 26ª Ella. del XVI Gr. “Cucaracha” firma sus escritos con el seudónimo de “Ico de Piamprá”; el Mayor Bruno Montanari, comandante del X Gr. de Caza en las Baleares, envía correspondencia firmada con el nombre que ha adquirido en España: “Bruno Montani”; el capitán Igino Mencarelli, comandante de la 13ª Roda en España. Es el segundo por la derecha, al lado de un Nieuport 52 junto a otros miembros de la Escuadrilla “España”. Ella. en los primeros meses de 1937, es autor de un artículo sobre los bombardeos nocturnos aparecido en el especial “Aviazione Legionaria”; otros artículos publicados en la posguerra llevan las firmas de Adriano Mantelli, Franco Pagliano y Ottorino Triboldi39. Sin embargo, ninguno del escaso número de italianos que han combatido como aviadores en el bando por la causa de la República española ha dejado nada por escrito. El único testimonio, por cierto de gran interés, está constituido por la larga entrevista concedida por Cesare Roda en los primeros años setenta a los investigadores del Instituto “Ernesto De Martino” de Sesto Fiorentino. Expatriado a a París, por motivos políticos en mayo de 1935, Roda continúa con su actividad de antifascista militante. El 2 de agosto es de los primeros italianos en cruzar la frontera de España junto con otros seis voluntarios. En Barcelona corre el riesgo de ser fusilado por milicianos del POUM, pero después consigue llegar a Madrid y entra como ametrallador en la Escuadrilla “España” que se está constituyendo en el aeropuerto de Barajas por iniciativa del escritor francés André Malraux. Participa en vuelos de guerra sobre Talavera de la Reina, Toledo y Guadarrama. Desde mediados de octubre realiza algunos viajes a Francia con el encargo de conseguir piezas de recambio para aviones, armas y explosivos. Sufre el arresto por parte de la Gendarmería de Cerbére y, una vez de regreso a España el 10 de diciembre, entra en el Grupo 12 de Bombardeo de la Aviación republicana, siempre como ametrallador. Viaja de nuevo a Francia en marzo de 1937, otra vez con la intención de continuar el envío de armas, pero los controles cada vez más asfixiantes por parte de la policía lo obligan a trasladarse a Bélgica, donde continúa su actividad de exiliado político40. 69 A. Mantelli. Igino Mencarelli. Cessare Roda.


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