La industria de defensa es un sector estratégico dentro de la economía española y uno de los motores de fortalecimiento de la base industrial y tecnológica de España, ya que las actividades que desarrolla tienen un grado elevado de dualidad, un gran componente tecnológico y un alto valor añadido.
Los programas s de modernización de las Fuerzas Armadas conllevan inversiones de apoyo a una innovación industrial con alto valor estratégico. Su importancia se mide por los retos tecnológicos que en ellos se plantean, por la transferencia de tecnología que se produce hacia otros sectores de actividad y por el importante efecto de arrastre, tanto de actividad como de empleo para las industrias auxiliares y subcontratistas. En este marco se incluyen los programas como el de las fragatas F110, el avión de transporte militar A400M, el helicóptero Tigre, los misiles Spike, los carros de combate Leopardo, los vehículos Pizarro o el avión de combate Eurofighter.
En el año 2016 el tejido industrial de defensa ha facturado casi 6.000 millones de euros, correspondiendo el 85% de esta cifra a exportación, proporciona empleo directo a unas 20.000 personas cuyo perfil profesional es de alta cualificación. La gran parte de sus desarrollos tienen una componente dual que acaba proporcionando nuevos productos y servicios al resto de los ciudadanos, lo que redunda en el bienestar social y prosperidad económica.