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AEROPLANO 31

El “Astra-Torres nº 1” sobrevolando el hangar de la casa Astra, 1911. contemplaba que recibiría 3 francos por cada m³ de dirigible construido. De hecho la vida ingenieril y científica del Centro de Ensayos de Aeronáutica residirá en París entre 1909 y 1912; allí quedará José Mª Samaniego; y allí se desplazará D. Leonardo con frecuencia para seguir la construcción de sus dirigibles… además de para seguir presentando otras creaciones fruto de su privilegiada capacidad inventiva, como su primer “ajedrecista”, la primera máquina para jugar al ajedrez de la historia, exhibido en la Sorbona en 1914. En todo caso, en febrero de 1911 comenzaron en Issy-les- Moulinaux (en las afueras de París, al sudoeste) las series de exitosas pruebas del “Astra Torres nº 1”, de 1600 m3 de capacidad, primer dirigible del sistema Torres Quevedo construido en Francia por la casa Astra, toda una apuesta por la invención torresquevediana. Los resultados fueron espectaculares: era más rápido, estable y maniobrable que todos los sistemas precedentes, por lo que se vislumbraba un futuro de fecundas aplicaciones24. En mayo ganaba el Premio Deperdussin al dirigible que recorriera más rápidamente un circuito prefijado de 100 km, el 14 de julio desfilaba en Longchamps con las tropas durante la Fiesta Nacional de la República Francesa25, en septiembre el Ejército francés lo incorporaba a sus maniobras26 y en diciembre, llenando la sala central del Gran Palais se convertía en la estrella del Tercer Salón de la Aeronáutica de París27. El Centro de Ensayos de Aeronáutica, por fin (en París), había resuelto el problema de la navegación aérea. El sistema ideado diez años antes por Torres Quevedo demostraba ser el mejor medio de locomoción aérea del mundo en 1911, cuando aún seguían sin existir los aviones y los primeros -y muy primitivos- aeroplanos seguían encadenando accidentes. A título personal, Torres Quevedo lograba un impresionante éxito y se consagraba como el mejor ingeniero aeronáutico del mundo al comenzar la segunda década del siglo XX. A partir de esos momentos comenzaba la etapa de explotación comercial de la invención. Así, en mayo de 1911, el magnate del petróleo Henry Deutsch de la Meurthe encargaba el estudio del “Astra-Torres nº 2”, de 3.400 m3, a modo de “yate privado” y para su utilización en su empresa de viajeros en Francia y Suiza, la Compagnie Générale Transaérienne. Y, poco tiempo después, en 1912, la casa Astra recibía el encargo del Almirantazgo inglés del “Astra-Torres XIV”, de 8.000 m3 de capacidad, mientras comenzaban a proyectar para el Ejército francés el “Astra-Torres XV” (rebautizado después “Pilatre de Rozier”), de 23.000 m3, con dimensiones análogas a los “Zeppelin” alemanes del momento y diseñado para alcanzar velocidades próximas a los 100 Km/h. La entrega del “Astra-Torres XIV” (el “HMA no. 3” para el Royal Naval Air Service, RNAS) en el verano de 1913 supuso, precisamente, la consagración internacional del sistema, al batir esta unidad el record mundial de velocidad de un dirigible con 83,2 km/h registrados durante los ensayos de recepción, velocidad que llegó a ser de 124 km/h con el viento soplando a favor28. Los encargos continuaron sucediéndose, y, a los pocos meses, la RNAS recibiría el “Astra-Torres XVII” (“HMA no. 10”), de 11.327 m3, y el “Astra Torres XIX” (“HMA no. 8”), de 3960 m3, el antiguo “Astra-Torres nº 2” alargado. En Francia, donde se estaban invirtiendo enormes cantidades de dinero en la 28 El record mundial de velocidad del “Astra-Torres XIV en L’Aerophile.


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