ASPECTOS INSTITUCIONALES apremiaron a la tropa y el mismo Gonzalo «con muy dulces palabras persuadía a los soldados a aquel trabajo». «Las viñas, como en otras partes estaban cercadas de vallados, dentro de los cuales los capitanes se alojaron y hicieron fosos y alzaron con la tierra que sacaban dellos los vallados y fuertes cuanto la brevedad del tiempo lo pedía. Y fue este reparo muy provechosos contra la caballería francesa, que no podían entrar por allí». En el campo francés Nemours también había reunido su consejo. A sus veintidós años, el virrey ya contaba con cierta experiencia. Sin duda era inteligente, como había demostrado en las negociaciones anteriores a la ruptura de hostilidades. Pretendió esperar al día siguiente para iniciar la batalla, pues su ejército había llegado al atardecer, era demasiado tarde y, si la acción se prolongaba, la incertidumbre de un combate nocturno podía frustrar la victoria del más fuerte. Además no había realizado un reconocimiento de las posiciones españolas, y su ejército había recorrido más de veinte kilómetros con todo el equipo y armamento, también a toda prisa. La mayoría de sus capitanes23 se negaron, en especial Candeio, jefe de los suizos, y D’Allegre. Tenían por fin al alcance la oportunidad de ganar la gloria en batalla campal. La impaciencia y ansiedad acumuladas largos meses habían sido exacerbadas por el anuncio del emisario, su número era superior, disponían de la infantería suiza imbatible en el choque, pero sobre todo… ¡Eran la encarnación del espíritu de la caballería!, la élite de las fuerzas montadas. Recuerda Lojendio que todos sus capitanes combatían a caballo, mientras que los jefes de infantería alemanes y españoles, nobles como ellos, lo hacían a pie. D’Allegre que ya venía murmurando contra Nemours, atentó directamente contra su honor diciendo que «tenía temor de venir a jornada, y que dejaba con infamia la reputación francesa». Su dignidad no dejaba más salida que el «no queda sino batirse». Aceptó con palabras, que evidencian su disconformidad, aparentando el optimismo que corresponde a todo jefe en tales circunstancias: «Pues que así os place que combatiendo hoy pongamos fin a la guerra, en aquella manera que placerá a la fortuna, si yo no satisficiere al deseo del Rey de Francia, al menos con honrada muerte cumpliré con mi particular honra». (Giovio). 23 Según la Manuscrita, todos. 30 Ceriñola, la batalla inicio y esquema del despliegue Fosos aparte, el dispositivo español24 era aparentemente convencional, pero muy flexible, con la mayor capacidad de detención alemana en el centro reforzada por 800 arcabuceros hispanos25, infantería española e italiana a ambos lados y caballería en las alas. La artillería protegida por más infantería un poco más atrás y una reserva mixta al mando del propio Gran Capitán, que se encontraba en una posición apropiada para dirigir el conjunto de las fuerzas. El despliegue francés parece haber sido adoptado apresuradamente, en tres cuerpos escalonados a un flanco y en profundidad: caballería, infantería en un solo bloque que incluía a los italianos y gascones posiblemente en un intento de reforzarlos o dar flexibilidad al cuadro, y reserva. No conocemos su plan, tal vez se trataba de adelantar el choque de la caballería pesada, haciendo retroceder el flanco para dar inicio a un esfuerzo envolvente, mientras la infantería suiza atacaba de frente 24 Hay pequeñas discrepancias respecto al despliegue español entre los autores, debido a que las fuentes de la época no entran en demasiados detalles, tienen puntos contradictorios. 25 Crónica Manuscrita.
MEMORIAL INFANTERIA 71
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