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REVISTA IEEE 9

http://revista.ieee.es/index.php/ieee 26 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 9 / 2017 En los últimos años, las empresas de ciberseguridad han sido clave a la hora de desvelar la existencia y supuesta autoría de algunas de las principales acciones ofensivas en el ciberespacio. Al hacerlo, estas empresas se han tenido que enfrentar al dilema ético y político de qué lealtad debe prevalecer: a sus potenciales clientes, o a los intereses nacionales de los países que las cobijan. Estas empresas se pueden convertir en proxies por «omisión», donde la demanda por parte del Estado es que se inhiban a la hora de investigar o publicitar la autoría de determinadas operaciones que podrían en riesgo la viabilidad y éxito de estas ciberoperaciones. Estos actores privados pueden desempeñar un papel más activo cuando deben desarrollar sus actividades en contextos donde se practica un «capitalismo de Estado», o donde resulta imposible operar sin el beneplácito de sus gobernantes (ej. China, Rusia e Irán). Los Estados pueden rentabilizar la credibilidad asociada a determinadas marcas, incentivando su acción hacia determinados objetivos, transfiriendo conocimiento, asistiéndolas técnicamente, o proporcionándoles recursos de inteligencia para que resulten exitosas a la hora de boicotear activamente las operaciones de inteligencia de sus adversarios, o debilitar su imagen internacional. La aparente libertad de estas empresas se convierte en la pantalla que permite implementar una estrategia proactiva. Así, por ejemplo, la empresa rusa Kaspersky ha sido percibida «no solamente como una empresa de antivirus, sino como la líder en desvelar el ciberespionaje»26, debido a su protagonismo a la hora de airear la existencia de dos de las más importantes ciberoperaciones de Estados Unidos hasta la fecha: Stuxnet y Flame. Para algunos observadores, el historial como miembro del servicio de inteligencia de la URSS de su fundador, Eugeny Kaspersky, y la interferencia permanente del Estado ruso sobre los distintos agentes económicos, lejos de ser datos irrelevantes, suponen evidencias sobre la instrumentalización geoestratégica que padecen algunas de las principales empresas del sector. La presión que ejercen los gobiernos sobre el sector empresarial puede llevarse a cabo también por medios más sutiles, especialmente cuando se encuentran limitados por el Estado de Derecho y el refrendo democrático. Los actores estatales explotan en su beneficio la presión competitiva que existe entre las empresas del sector, así como su necesidad de añadir un elemento diferencial a sus servicios. El valor de estas empresas, en demasiadas ocasiones, guarda más relación con la alarma existente entre sus potenciales clientes y su habilidad para elaborar informes vistosos, que sobre la calidad de sus productos y su capacidad de aportar soluciones a problemas específicos. En los últimos años, 26  SHACHTMAN, Noah. «Russia’s Top Cyber Sleuth Foils US Spies, Helps Kremlin Pals», Wired, (June 23, 2012). http://www.wired.com/dangerroom/2012/07/ff_kaspersky/.


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