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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 332

fuerzas armadas UEspecialistas de la UME utilizan un dron Phantom II para inspeccionar los daños producidos en el edificio del reactor. Este micro UAV puede volar durante 25 minutos y operar en entornos de altas temperaturas, como sucede en la lucha contra incendios. N fuerte seismo sacude el levante peninsular y hace saltar las alarmas en la central nuclear de Cofrentes (Valencia). El derrumbe de uno de sus edificios deja siete fallecidos y 16 heridos, que son evacuados a diferentes centros hospitalarios; más de 200 personas resultan contaminadas por una fuga radiológica, hay depósitos de combustible en llamas y dos vertidos tóxicos han alcanzado el río, uno de ellos de 15.000 litros de gasoil y tetracloruroetileno. Este fue el escenario simulado los días 20 y 21 de septiembre en Cofrentes y las aguas próximas a sus instalaciones del Júcar y el Cabriel, en el que trabajaron, junto a los equipos civiles de la central, los 150 componentes del Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (GIETMA) de la UME. Ha sido el primero de una serie de simulacros de accidentes que, a razón de uno por año, se llevarán a cabo también en las otras cuatro centrales nucleares activas en España: Almaraz en Cáceres, Trillo en Guadalajara y Ascó y Vandellós en Tarragona. Estos ejercicios servirán para poner a prueba el apoyo de los militares de la UME al personal especialista encargado de la activación y aplicación del Plan de Vigilancia Radiológica Interior de este tipo de instalaciones. «También ayudaremos en el Plan de Vigilancia exterior, que controla los niveles de radiación en el entorno de la central», afirmaba el teniente coronel Carlos Javier Armada, jefe del GIETMA. En Cofrentes esta labor fue realizada por diferentes equipos de reconocimiento y recogida de muestras a bordo de helicópteros EC-135 y Cougar. «Entre el aviso del siniestro y nuestra activación en zona han transcurrido seis horas», destacaba el comandante José Manuel Martín Palma, jefe de la Plana Mayor de Mando del Grupo y también del Centro Táctico de Operaciones del ejercicio. Algo más de 350 kilómetros separan por carretera el acuartelamiento de la unidad, en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), de la central de Cofrentes. Desde el centro de España se movilizó un convoy de 54 vehículos. Entre ellos destacaban un Velire, de reconocimiento NRBQ, y tres de Intervención en Áreas Contaminadas (VINTAC) utilizados, estos últimos, para sofocar los incendios y abatir la nube radiológica. Además, se transportó una estación de descontaminación de personal, que «ducha y limpia» a 60 personas a la hora, y otra de material pesado con el mismo propó El GIETMA realizó su primera intervención oficial el pasado agosto en el incendio de la planta de Chiloeches 28 Revista Española de Defensa Octubre 2016


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