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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 333

Turquía vetan esta posibilidad en la UE y OTAN, respectivamente. Una positiva finalización de las actuales negociaciones en curso para llegar a acuerdos para la reunificación de Chipre y para la cooperación en defensa entre Ankara y Nicosia sería un paso vital para resolver este litigio. un nuevo marco OTAN-UE Los desafíos que emanan del «arco de inestabilidad» que rodea a Europa proporcionan una oportunidad única para fortalecer la complementariedad y la coordinación OTAN-UE. La crisis en Ucrania ha definido un nuevo escenario para la cooperación entre ambas organizaciones ya que desde el primer momento han concurrido sus respuestas respectivas. La EGS busca la compatibilidad y la acción armónica con la Alianza Atlántica. La estrategia europea afirma que «la UE profundizará su asociación con la OTAN a través del desarrollo coordinado de capacidades de defensa, ejercicios paralelos y sincronizados, y refuerzo mutuo de las acciones para fortalecer las capacidades de nuestros socios, contrarrestar las amenazas híbridas y cibernéticas, y promover la seguridad marítima». Además, se deben desarrollar capacidades bajo el principio de máxima interoperabilidad para que, de ser factible, puedan ponerse a disposición no solo de la UE, sino también de la OTAN, la ONU y otras organizaciones multinacionales. En el mismo sentido, el Parlamento Europeo considera trascendental fortalecer la compatibilidad entre la UE y la OTAN. La alta Institución europea apoya la coordinación operativa y la creación de capacidades militares europeas que sirvan como refuerzo para la Alianza en la defensa del territorio y, al mismo tiempo, sean útiles para que la UE pueda llevar a cabo, de manera autónoma, operaciones y misiones más allá de sus fronteras exteriores. Mientras tanto, la declaración final de la cumbre de la Alianza Atlántica, celebrada en Varsovia el pasado mes de julio, señala que «la Unión Europea sigue siendo un socio único y esencial para la OTAN». Además, reconoce «la importancia de una defensa europea más fuerte y capaz, lo que conducirá a una OTAN más fuerte, ayudando a mejorar la seguridad de todos los aliados, y a fomentar una distribución equitativa de la carga, los beneficios y responsabilidades entre los miembros de la Alianza». El 16 de septiembre, los Jefes del Estado o de Gobierno de los 27 estados miembros de la UE —Reino Unido no fue invitado— se reunieron informalmente en Bratislava. A pesar de que se esperaban decisiones de mayor calado, se adoptaron dos medidas concretas para fortalecer la PCSD: el próximo Consejo Europeo de diciembre de 2016 adoptará un plan de implementación específico e identificará cómo hacer un mejor uso de las opciones contenidas en los Tratados; y, se debe iniciar de forma inmediata la aplicación de la declaración conjunta UE-OTAN, de 8 de julio de 2016. Hay que recordar que esta declaración conjunta se basa en la colaboración en siete amplias áreas: amenazas híbridas; cooperación operativa; ciberdefensa; desarrollo conjunto de capacidades militares; industria de defensa; ejercicios conjuntos; y desarrollo de capacidades específicas para el flanco oriental. puntos clave El apoyo mutuo entre la UE y la OTAN se ha convertido en uno de los factores críticos para vigorizar la seguridad y la defensa europea. Sin embargo, hay una necesidad de sincronizar las actividades de ambas organizaciones, ya que «la UE no puede duplicar a la OTAN. La UE no puede reemplazar a la OTAN». Funcionarios y autoridades estadounidenses y de la Alianza han respaldado la idea de que un fortalecimiento de la PCSD implicará, sin duda, una OTAN más potente. Las propuestas actuales para vigorizar la PCSD no tratan de establecer nada que duplique los esfuerzos y presupuestos de la OTAN, sino que actúe de forma complementaria con ella. La cuestión clave será encontrar una modalidad organizativa en la UE para que pueda beneficiarse de la planificación, desarrollo de capacidades y organización militar de la Alianza y, al mismo tiempo, los europeos puedan ejecutar misiones civiles y militares de forma autónoma. La activación de una sede permanente de la UE para las operaciones militares y civiles debe ser considerada un paso ineludible en la consecución de este objetivo. En resumen, la cooperación UE-OTAN, finalmente, parece situarse en el lugar destacado que le corresponde. Para el beneficio de la seguridad de Europa y de sus ciudadanos, el nuevo marco debe impulsar la coherencia estratégica y la gestión conjunta e integrada de las crisis y conflictos que nos acechan. L Pepe Díaz Noviembre 2016 Revista Española de Defensa 57


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