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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 340

ger, de tal manera que defiende un vínculo más estrecho entre la promoción del Estado de Derecho, el respeto a los derechos humanos y la propia agenda sobre mujeres, paz y seguridad. De hecho, el programa de España como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el bienio 2015-2016 contempló la importancia de la agenda MPS tanto en el ámbito del mantenimiento y consolidación de la paz, como en el de la protección de civiles y el respeto del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos. Ha llegado, pues, el momento de elevar el nivel de compromiso de España con la agenda MPS en el planteamiento estratégico que se inicia y reforzar su visión integral y multidisciplinar para combatir las amenazas que ponen en riesgo la estabilidad internacional, especialmente a los civiles en situaciones de crisis y conflictos, con especial énfasis en los grupos más vulnerables: las mujeres y los niños. Sería una excelente oportunidad para dar a conocer aún más en el principal documento de alcance estratégico de nuestro país las importantes iniciativas que tienen que ver con la aplicación transversal de la perspectiva de género en todos los ámbitos, primordialmente en la diplomacia preventiva, la diplomacia de defensa, la proyección de estabilidad, la formación sobre cuestiones de género en operaciones y el impulso de esta agenda en otras organizaciones internacionales de las que España forma parte, como la Unión Europea, la OTAN y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, o es observadora, como la Organización de Estados Americanos. Como ha señalado Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, con motivo del día internacional de la mujer «no podemos alcanzar ninguna de nuestras metas sin la participación de mujeres y niñas». Por ello, los asuntos de género relacionados con la paz y la seguridad internacionales nos conciernen a tod@s. L En estos escenarios, las mujeres no sólo son víctimas de los crímenes mencionados y de otras situaciones de desigualdad. También sufren circunstancias relacionadas con embarazos forzosos y diversas formas de explotación, como la prostitución, el trabajo forzado o la esclavitud, como reconoce la Resolución 2331 (2016), de 20 de diciembre, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, referida a la trata de seres humanos. La relevancia de esta resolución radica en que, por primera vez, aborda la violencia sexual y por razón de género como parte de los objetivos estratégicos de ciertos grupos terroristas, incluida su financiación. Además, junto a otras actividades de la delincuencia organizada transnacional, es un factor que puede prolongar y exacerbar los conflictos e intensificar sus efectos en la población civil. Sin duda, como destacó el presidente del Gobierno en Naciones Unidas, la trata de personas es una agresión a la dignidad humana y representa una amenaza a la paz y la seguridad internacionales. Ante esta realidad, se puede afirmar que una paz sostenible se alcanzará cuando la seguridad sea verdaderamente inclusiva, es decir, se refuerce la capacidad de las mujeres como agentes positivos de cambio en sus comunidades. Para ello, es fundamental promover su empoderamiento y participación en procesos de paz, garantizar su protección, erradicar las causas subyacentes a la violencia sexual y a la desigualdad, y hacer frente a la impunidad a través de la rendición de cuentas de cualquier tipo de violencia de género contra las mujeres, pero también contra niñas y niños que la padecen. La propia Estrategia de Acción Exterior de octubre de 2014 y los dos informes de seguimiento aprobados hasta la fecha reafirman los compromisos de nuestro país en favor de la protección a la mujer en conflictos armados y su participación en la prevención y resolución de conflictos. En este contexto, España promueve activamente el principio de responsabilidad de prote Junio 2017 Revista Española de Defensa 45


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