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102 PIERRE LIERNEUX de ellos permanecen en la historia, como el de Albrecht Wallenstein, que en pocos años (1631-1634) reunió para Fernando II el mayor ejército de mercenarios jamás constituido. Contó con el apoyo de Hans de Witte, habilidoso hombre de negocios y con los préstamos de numerosos bancos37 El Consejo de Finanzas no podía cumplir con sus obligaciones de abastecimiento de las tropas en los Países Bajos, tal y como lo manifestaron algunas figuras destacadas, como Ambrogio Spinola38. Las “ayudas” atribuidas para las provincias se negociaban con dificultad. Las guerras permanentes arruinaban al país fronterizo. A partir de finales del siglo XVI, como las rentas de las tierras eran limitadas y las llegadas de reservas monetarias desde el tesoro imperial eran irregulares, para pagar los sueldos se tuvo que recurrir a un sistema de financiación privado. Eran unos préstamos excepcionales que se denominaban “asientos”39, tuvieron consecuencias sobre el fenómeno de centralización del poder. El gobierno tuvo que compensar las evidentes carencias de capitanes. Estos asientos eran responsables de los sueldos de los hombres así como, en teoría, del buen estado de sus equipamientos y sus armamentos. En realidad, sus compañías representaban un ingreso y, a medida que se alargaba la guerra, se multiplicaban los abusos y las malversaciones de los fondos que tenían atribuidos. Para resolver este asunto hubiera sido necesaria la intervención de la corona, pero al carecer de fondos y al estar muy alejada del frente de Flandes, recurrió a banqueros o a comerciantes quienes, en los Países Bajos de finales del siglo XVI, tampoco solían disponer de los recursos financieros necesarios. Por ello, se firmaron contratos o asientos en los que se comprometían a proporcionar telas o trajes, en vez de dinero. Por los estragos de las guerras no se podía actuar de otra manera. La falta de liquidez no les 37  Wallenstein (Albrecht Wenzel Eusèbe 1583-1634), nacido en Hermanice, en un círculo de familia bohemia que apoyaba al emperador. Coronel de un regimiento de coraceros, levanta una armada de acerca 50.000 hombres. Sobre Wallenstein, ver LORENSZ (G.), Quellen zur Geschichte Wallensteins, Dramstadt, 1987; SCHUMANN (G.) R. KLOOS, Gustaf Adolf, Wallenstein un der dreissigjährige Krieg un Franken, Nuremberg, 1982. Sobre el tema de la política de los empresarios, ver G. KRAUSE, Das Alpeussischen Heeres. VII. Materialen und Formen Planung und Fertigung, Wirtschaft und Verwaltung Osnabrück, 1983, pp. 121-122; F. REDLICH, The German Military Enterpriser and his Work Force, Wiesbaden, 1964, 2 vol.; SCHULTE (R.), Die Verkherte Welt des Krieges, Francfort-New-York, 1998, pp. 38-41. La vestimenta de un soldado representaba en 1632 un costo de cerca 15 florines. 38  Spinola (Ambrogio, Génova, 1569 – Mantua 1630). General al servicio de España, vencedor del sitio de Ostende, negociador de la Paz de Doce Años (1609). A. RODRIGUEZ VILLA, Ambrosio Spinola, primer marqués de los Balbases, Madrid, 1905. 39  Los asientos de Flandes no se presentan a partir del principio del siglo XVII para firma al gobernador general, sino que se enviaran directamente para firmar a Madrid. J. LEFEVRE, La Secrétairerie d’Etat et de Guerre sous le régime espagnol, (1594-1711), in Mémoires de l’Académie Royale de Belgique, Classe des Lettres et des sciences morales et politiques, segunda serie, T. XXXVI, pp. 234-235. Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 102-136. ISSN: 0482-5748


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