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EL UNIFORME MILITAR EN LOS PAÍSES BAJOS ESPAÑOLES:… 105 A pesar de que estos hechos estén probados y aunque parece que ninguna voluntad de homogenización se haya llegado a manifestar al final del siglo XVI, hay que tener en cuenta que ningún soberano de las naciones mencionadas tenía los medios, ante la situación del tesoro real, para emprender las reformas necesarias para la centralización de la producción de ropa. ¿España es la primera nación en introducir en los tercios una verdadera administración militar y el uso de las armas de fuego y de las picas?51, ¿Habrá innovado también en el ámbito de la vestimenta? Si, desde mediados del siglo XVI, grandes unidades españolas vestían ya con trajes idénticos, parece que Inglaterra siguió el mismo camino e incluso adelantó a España. La lista de prendas que constituía “el vestido” ya estaba determinada en la expedición a los Países Bajos de 156752, así como las muestras que acompañaban las encomiendas para asegurarse su confección. Sin embargo, no hay que fiarse demasiado de las apariencias: los contratos establecidos con los negociantes muestran que se utilizaba una gran variedad de colores. La denominación del “tercio de los sacristanes” muestra el espíritu burlón de los soldados. Algo similar ocurría con los hombres del tercio de Bobadilla a los que les llamaban “Colmeneros”, porque un día saquearon unas colmenas y a los del coronel de Mondragon les denominaban “Vivenderos”, porque siempre conseguían comida y ropa53. ¿El tercio de los Sacristanes pretendía conservar su fama al seguir vistiendo en negro? ¿Durante cuánto tiempo? ¿O se trataba, como en los otros casos citados, de una referencia a un hecho gracioso?, El ejército español tuvo muchas dificultades para defender las ventajas de la uniformización, especialmente en Flandes, donde la guerra requería, además de los tercios cuya vestimenta estaba controlada por los maestres de campo, el enrolamiento de numerosas compañías de milicia, de infantería o de artillería municipal, que iban vestidas por su ciudad. Como consecuencia, el 27 de mayo de 1596 se publicó un edicto ordenando a todos que llevasen una insignia, ésta podía ser la banda roja o la cruz roja de San Andrés, herencia de la época borgoñona54. 51  A. CORVISIER, Les contrôles de troupes de l’Ancien Régime. I. Une source d’histoire sociale, Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 105-136. ISSN: 0482-5748 París, 1968, p. 67 52  Cfr AGS, C.M.C., 2da época, carpeta 2, 72. 53  Cfr L. VAN DER ESSEN, Cruzada contra los herejes o guerra contra los rebelde, in Revue d’histoire ecclésiastique, t. LI, 1956, pp. 74-75. 54  “La banda roja sobre sus armas y su casaca y el que no tenga banda roja llevará una cruz roja à la vista y el que no tenga esa marca será considerado como un enemigo y tratado como tal” (Biblioteca Real Albert Ier (BR), Manuscrito 12622-31/ 177-200 v°, Claúsula 41, citado en G PARKER, The Army of Flanders…, p. 164. Esta misma prescripción figura en S. LONDONO, El discurso sobre la forma de reducir la disciplina militar, Bruselas, 1596, p. 73 (París, Biblioteca Nacional, V.9.435) y es repetida en AGR, Conseil des Finances, 1. 141 (“artikels


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