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30 JOAQUÍN GIL HONDUVILLA control. Se desplazaron parejas de guardias al Ayuntamiento y a Telégrafos, Correos y Teléfonos, siendo éste el comienzo de la breve ocupación militar de la ciudad por fuerzas de la Guardia Civil. Poco después, el teniente coronel Romero Basart se trasladó al cuartel de la Guardia Civil de la calle Empedrada, donde se alojaban las fuerzas del Cuerpo dependientes de la Comandancia de Cádiz. Allí despertó al teniente Eduardo Comas Añido, a quien ordenó que localizara al capitán Fernández Cuartero. El teniente coronel también señaló al teniente Comas que debía movilizar todas las fuerzas posibles. A los hombres de la Comandancia pensaba encomendar las detenciones de los individuos peligrosos y establecer servicios de vigilancias para hacer frente, según comentó al teniente, a la contingencia de un movimiento comunista que amenazaba a la ciudad. Es el propio teniente coronel el que reconoce haber trasmitido verbalmente la orden de detención, “pero sin decirle a quien tenía que detener por no conocer personalmente a quienes profesaban esas ideas extremistas”23. En un informe del Gobierno Civil de Cádiz, emitido el 16 de agosto, que se encuentra unido a las actuaciones seguidas por el Juez Instructor de la causa abierta por los hechos del 10 de agosto24, se señala que en esa reunión se procedió Cuartel de la calle Empedrada a confeccionar una lista de detenidos, entre los que se encontraban los concejales y el alcalde de la ciudad: Juan Taboada Jiménez (AR), Diego Gómez Serrano (AR), Rafael Orge Mejías (AR), José Almagro Casas (PSOE), 23  Ibídem. Folio 694. 24  Ibídem. Tomo II. F. 721 vuelto. Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 30-50. ISSN: 0482-5748


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