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74 ALBERTO GUERRERO MARTÍN perfección de sus métodos de enseñanza83. La gravedad que este particularismo tenía para el buen funcionamiento del ejército español y la acertada medida adoptada por Primo de Rivera trascienden en las palabras de Mola, quien señalaba que el particularismo presente en el Ejército había alcanzado “caracteres alarmantes”, contribuyendo las academias especiales “no poco a tal estado de cosas”. Señalaba los ejemplos de Segovia, donde la labor de los profesores se centró en “crear una casta, la de los artilleros y en Guadalajara, la de los ingenieros”. Y aunque en Toledo y Valladolid “el ambiente era distinto”, una vez que eran promovidos a oficiales “se encontraban en las guarniciones con que cada Arma o Cuerpo hacía rancho aparte”. En su opinión, los deseos de Primo de Rivera de terminar con esas diferencias le llevaron a poner en práctica “el plan acertado”84. Primo de Rivera nombró director de la AGM al jovencísimo general de brigada Francisco Franco, quien propuso el nombramiento del coronel Miguel Campins para que se encargara de la Jefatura de Estudios85. Franco eligió como profesores a antiguos compañeros y colaboradores suyos en África, por lo que la enseñanza de este centro quedó en manos de los llamados “oficiales africanistas” hasta su cierre por Azaña en 1931. Eran unos hombres imbuidos por una obediencia ciega, que habían sobrevivido a las brutales condiciones en las que se desarrollaba la guerra de Marruecos. Años después muchos de ellos combatieron en la Guerra Civil dentro del bando sublevado. Entre ellos estaban los tenientes coroneles Emilio Esteban-Infantes, José Monasterio Ituarte y Álvaro Sueiro Villarino, y los comandantes Camilo Alonso Vega, Arturo Barba Hernández y Francisco Franco Salgado-Araujo. El plan de estudios fue calificado de moderno, aunque en realidad no lo fue tanto. Mola, como se ha expuesto, elogió tanto su orientación pedagógica como su perfeccionamiento técnico. Su alabanza de los métodos seguidos en la AGM llegó hasta el extremo de atreverse casi a señalar que no tenía parangón con ningún centro oficial de enseñanza del país. Habló de su “sólida disciplina, arraigado compañerismo, plan racional de cultura física, textos reducidos y económicos, trabajo intenso del profesorado, su- 83 MOLA VIDAL, Emilio: El pasado, Azaña y el porvenir. Sáez Hermanos, Madrid, 1934, pág. 132. 84  Ibídem, pp. 61 y 62. 85  Real decreto de 20 de febrero de 1927: Base 2ª: Será Director de la Academia General Militar un General de brigada y Jefes de Estudio y de servicio interior dos Coroneles de cualquiera de las cinco Armas y Cuerpos combatientes. Los profesores —Tenientes coroneles, Comandantes y Capitanes—, y los auxiliares —tenientes—, podrán ser de cualquiera de las Armas y Cuerpos de Estado Mayor, Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros, Intendencia y Sanidad (GM nº 53). Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 74-90. ISSN: 0482-5748


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