Page 114

REVISTA DE HISTORIA MILITAR 122

LA FUERZA DEL REINO. LAS POSIBILIDADES MILITARES… 113 resultan de fácil improvisación por lo que deben aplicarse desde tiempo de paz, como la organización o el adiestramiento; otros se ponen en evidencia sobre todo cuando ya se ha decidido recurrir a la utilización de la fuerza, como la estrategia o la capacidad de desplegar ejércitos y escuadras en los lugares en los que son necesarios en plazos de tiempo oportunos. Por último hay un término medio, en que entrarían el armamento y las tácticas, que son de aplicación tanto en tiempo de paz como durante la guerra. El nuevo reinado comenzaba en medio de la Guerra de los Siete Años, en la que tras un año de vacilaciones se pusieron en marcha las negociaciones que desembocaron en el Tercer Pacto de Familia. Los proyectos militares habían comenzado a gestarse desde su firma, intercambiando Choiseul y Grimaldi impresiones sobre los posibles movimientos combinados ofensivos y defensivos de las armas franco-españolas. Choiseul pensaba situar los ejércitos franceses a la defensiva en Westfalia, economizando fuerzas que servirían para recuperar Belle Isle, hostigar las islas del Canal y amenazar a los ingleses con una posible invasión por el Estrecho de Calais, al tiempo que organizaba una expedición a Irlanda. En América había planeado enviar a las escuadras de Brest y Rochefort y algunos refuerzos a Santo Domingo también con propósito defensivo, a la vez que proyectaba un ataque a Jamaica para cuyo éxito contaba con el supuesto descontento de los numerosos esclavos negros en la isla. El plan contra Jamaica era del agrado de Madrid pero no el modo de materializarlo, puesto que Choiseul proyectaba que una escuadra española levantase antes el bloqueo naval de Rochefort, uniéndose después a los barcos franceses en la travesía hacia el Caribe. El secretario de Marina e Indias, Arriaga, se opuso tajantemente por considerar muy elevados los riesgos y escasas las esperanzas de provecho. A cambio Carlos III plantearía intimidar a Holanda y a Portugal para forzar su adhesión a la alianza borbónica, idea que se descartó inicialmente porque se corría el riesgo de que terminase provocando el efecto contrario, abriendo nuevos frentes y acentuando aún más la superioridad de Inglaterra en el mar. Ya se ha visto que el criterio se cambió en relación con Portugal, llevando las presiones borbónicas a que finalmente interviniese en la guerra al lado de Inglaterra. Desde el mismo momento del inicio de las negociaciones entre Versalles y Madrid se había puesto en marcha el envío de refuerzos desde España a sus dominios americanos, que se aceleraría notablemente en el transcurso del segundo semestre de 1761. Durante este periodo se despacharon tres navíos con artillería, municiones y tropas a Cartagena de Indias y asimismo se envió a La Habana al marqués del Real Transporte, que sustituía al convaleciente almirante Barreda, con seis navíos y dos batallones. Aun a pesar de este refuerzo el gobernador de la plaza, Juan de Prado, solicitó a España el Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 113-130. ISSN: 0482-5748


REVISTA DE HISTORIA MILITAR 122
To see the actual publication please follow the link above