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aniversario TACP guerreros. Pero la sorpresa no era solamente española, el resto de países también tenían indicativos muy característicos. A los noruegos se les asignó Hamlet, a los canadienses les atribuyeron Rocky, a los holandeses se les señaló Diamond, a los británicos se les adjudicó Fortune y los franceses se quedaron con Disney. Superada la primera impresión, resultaba innegable que los toros son una de las tradiciones españolas más conocidas en todo el globo. Al margen de ser o no aficionados a los toros, es indiscutible que la tauromaquia forma parte del patrimonio histórico y cultural de los españoles. El toro bravo es una seña de identidad de la cultura española en el mundo entero. Por otra parte, es muy habitual utilizar la expresión «piel de toro» para referirnos a España, una imagen que debemos al geógrafo griego Estrabón, quien la utiliza en varias ocasiones en sus descripciones de la Península Ibérica: «Iberia se asemeja a una piel de buey extendida a lo largo de oeste a este, con los miembros delanteros en dirección al este, y a lo ancho de norte a sur». Volviendo al verano del año 1993, el primer destacamento de control aerotáctico del Ejército del Aire ya había desplegado en Bosnia sus dos equipos TACP, y se encontraba llevando a cabo sus cometidos en apoyo del batallón español. Como es preceptivo y tradicional en todas las unidades militares, el destacamento tenía que contar con un emblema distintivo y característico de su misión. Los aviadores allí desplegados, hicieron gala de sus mejores habilidades en el diseño y dibujo del primer emblema, y empezaron a trabajar en el boceto del mismo. Hay que señalar la precariedad de medios de los que se disponía y lo rudimentario de los mismos, un ordenador portátil en el que el ratón no era más que una pequeña goma de borrar en el centro del teclado y algún programa de diseño gráfico de la época, bastante más limitados de los que se dispone hoy en día. Al final del proceso, y de forma más artesanal que técnica, se consiguió un emblema que representaba y aunaba, por una parte la cuestión táctica y aeronáutica, y por otra el arte del toreo. El dibujo incluía un matador, con el casco azul de Naciones Unidas, realizando un pase natural al toro bravo, al tiempo que unos aviones, con las características gafas de sol de los aviadores, maniobraban sobre ellos. Es muy importante destacar que uno de los principales responsables del diseño, miembro del TACP Bullfighter 1, tenía sobrados conocimientos taurinos, puesto que había sido novillero y continuaba manteniendo la afición y la práctica siempre que le era posible. Este hecho facilitó enormemente el trabajo, pero al mismo tiempo originó una gran contrariedad a la finalización del mismo. El torero tenía la muleta en la mano derecha y, de acuerdo con los cánones de la tauromaquia, esto no podía ser así, tenía que ser con la mano izquierda. Hoy en día la solución informática al problema hubiera sido muy sencilla, simplemente habría que seleccionar la parte correspondiente del gráfico y voltearla. Pero el dibujo era demasiado artesanal y los medios muy primitivos, por lo que hubieran sido necesarias varias horas para ponerlo en la posición correcta. La conclusión del problema fue rápida, a la vez que salomónica, se decidió que el torero era zurdo y se dio por zanjada la cuestión. La jefatura y plana mayor del batallón español se encontraban en Medjugorje. Allí se desplegó el puesto de mando del Destacamento del Ejército del Aire, mientras que los dos equipos TACP españoles, Bullfighters 1 y Bullfighters 2, se alternaban entre los campamentos de Jablanica y Dracevo, donde diariamente realizaban varias misiones para el apoyo al SPABAT, normalmente de adiestramiento. El área de operaciones española, situada al sur de Bosnia, disfrutaba habitualmente de mejores condiciones meteorológicas que el resto del país. Frecuentemente la situación atmosférica al norte era muy desfavorable, lo que obligaba a desviar hacia el sur a todas aquellas misiones que ya se encontraban en vuelo, teniendo que ser atendidos por los controladores españoles. Esta situación facilitó que rápidamente los Bullfighters empezaran a ser conocidos por gran parte de las tripulaciones de la alianza, ya que además de las misiones establecidas, tenían que atender todos aquellos aviones de ataque REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2019 189


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