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116 FERNANDO GARCÍA SANZ Instaló la sede oficial de la Agregaduría en la calle Fortuny, 1, es decir no muy lejos de la Embajada, Castellana, 4, tampoco a mucha distancia de su residencia personal en Castellana, 23, y en un entorno plagado de representaciones militares o navales de los enemigos. Podría decirse que se hubiera configurado una especie de «barrio de los espías». Desgraciadamente para von Kalle, muy lejos de importar el trabajo que desarrolló en España, ha pasado a la historia como uno más de la larga lista de los supuestos amantes de Mata-Hari con el agravante, además, de culpársele de haberla «vendido » a los franceses en enero de 1917 cuando descubrió que la bailarina era en realidad un agente doble. Fueron los alemanes los primeros en crear una estructura que será imitada con el tiempo por todos los beligerantes: el apoyo de las representaciones consulares resultaba fundamental y su sometimiento a la «razón militar» jamás se puso en discusión. Es más, como fue el caso de Barcelona, alguno de los miembros del Consulado General se convirtieron en los más activos líderes de la actividad de espionaje, es decir desde el jefe, el Barón Von Ostman Van der Leye, pasando por su segundo Alfred Von Carlowitz- Hartitzsch, su secretario Martin Weidhas, y el —oficialmente— Cónsul general de Turquía Fritz Ruggeberg, Teniente de Navío en la reserva, alsaciano de origen y auténtico factotum de toda la actividad de espionaje relacionada con el mar en general y con Cataluña en particular. Entre Alemania y Austria-Hungría sumaban en España en torno a 70 localizaciones de representación consular de las diversas categorías. Aquí, como en la guerra en general, Alemania subsumía a Austria en pro de su estrategia. Junto a los representantes consulares, se situaban una serie de agentes que pueden denominarse de «primer nivel» que se responsabilizaban de los distintos sectores. Estos jefes de sector actuaban en muchos casos —ya fuera para el Ejército ya para la Marina— protegidos bajo la adscripción a los consulados respectivos pero instalándose en locales separados y actuando como oficinas especializadas en los más diversos temas. Aparte de disponer de un mayor número de agentes e informadores, quizás la diferencia más reseñable de los germanos con respecto a sus enemigos en este terreno fuera que el número de los llamados «agentes móviles», es decir aquellos destinados a hacer de enlaces entre distintos sectores, de porta órdenes y correos de la más diversa índole, era muy crecido y que entre ellos la presencia de mujeres fuera habitual. La enorme red que llegó a controlar Kalle era responsable del servicio de información y de espionaje no sólo en y para España, sino que desde Madrid dirigía las ramificaciones que incumbían a Francia (envío de espías y saboteadores), Marruecos (sostenimiento de las harkas indígenas Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 116-144. ISSN: 0482-5748


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