El equipo sanitario traslada a una niña al hospital del buque Castilla desplazado a Haití. A la derecha, miembros de la Unidad Militar de Emergencias recuperan un cadáver bajo las ruinas del Hotel Christopher. EL 12 de enero de 2010, a las 16 horas y 53 minutos, se desató la mayor devastación sufrida por Haití a lo largo de su historia. Un terremoto de magnitud 7,0 en la escala Richter, con un epicentro cercano a la capital Puerto Príncipe, densamente poblada, y la fragilidad de sus infraestructuras fueron razones suficientes para provocar uno de los desastres naturales más mortíferos que se recuerdan: 316.000 muertos, 350.000 heridos, miles de casas desplomadas y el 60 por 100 de los servicios médicos destruidos. La sociedad española se puso en marcha rápidamente ante la magnitud de la catástrofe. Se movilizaron más de 300 cooperantes, se fletaron 27 aviones cargados con ayuda para los damnificados y se aportaron más de 100 millones de euros. Una de las piezas clave en toda esta actuación fueron las Fuerzas Armadas. Desde la base aérea de Torrejón se realizaron 15 vuelos que transportaron 144 toneladas de carga y a 155 personas. Además, España envió al país dos contingentes militares: un equipo de 37 personas de la Unidad Militar de Emergencias y otro con 450 efectivosque conformaban la Agrupación Hispaniola, nombre con el que Cristóbal Colón bautizó a la isla a su llegada al Caribe en 1942 y donde se estableció la primera colonia española en América. La Agrupación viajó a Haití a bordo del buque de asalto anfibio Castilla, que además aportaría sus capacidades como buque hospital. El 16 de abril fue el peor día vivido por las Fuerzas Armadas españolas desplegadas en Haití. Ese día, cuatro militares de la Hispaniola fallecieron cuando el helicóptero Augusta Bell-212 en el que volaban se estrelló mientras realizaba una misión de transporte logístico desde el aeródromo de Cabo Rojo, en la República Dominicana, hasta el Castilla, una ruta utilizada habitualmente. Tres días después, los restos mortales del comandante Luis Fernando Torija, el teniente de Infantería de Marina Francisco Forné, el alférez de navío Manuel Dormido y el cabo mayor de Infantería de Marina Eusebio Villatoro llegaron a Rota (Cádiz) a bordo de un avión militar. Allí, en la base naval, se celebró un funeral de Estado presidido por los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía y fueron condecorados a título Febrero 2020 Revista Española de Defensa 19 Armada Aurelio Soto UME España envió a la isla dos contingentes militares con cerca de 500 efectivos
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