EDITORIAL CONTINUIDAD en Defensa MARGARITA Robles es la ministra de Defensa en el Gobierno que ha nombrado Pedro Sánchez para la XIV Legislatura. En su primer discurso, pronunciado en la misma semana en que prometió su cargo ante el Rey, anunció su voluntad de trabajar en «una línea de continuidad» en la política de defensa. Esta continuidad es muy conveniente desde el carácter de asunto de Estado de la política de defensa, que como tal debe procurar el consenso, lejos de toda disputa partidista. Así lo exige la propia naturaleza del Ministerio de Defensa como órgano encargado de dirigir y coordinar las Fuerzas Armadas, cuyo esfuerzo en pro de nuestra seguridad es lo que nos permite disfrutar de paz y libertad. Margarita Robles ha agradecido este esfuerzo a los militares y lo ha hecho extensivo a sus familiares, que los apoyan de manera constante; y en un grado máximo, a los miembros de los Ejércitos y la Armada que han dado su vida por España. Desde esta perspectiva resulta aconsejable el mantenimiento del equipo que en los últimos meses ha venido trabajando por la defensa. Margarita Robles, titular del Departamento desde junio de 2018, ha confirmado a sus principales colaboradores, entre ellos Ángel Olivares como secretario de Estado, Paz Esteban como directora del Centro Nacional de Inteligencia, Alejo de la Torre como subsecretario, el almirante Juan Francisco Martínez Núñez como secretario general de Política de Defensa y Esperanza Casteleiro como directora del Gabinete de la Ministra. También ha ratificado al jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general de ejército Javier Varela; de la Armada (AJEMA), almirante general Teodoro López Calderón; y del Ejército del Aire (JEMA), general del aire Javier Salto. «Somos un equipo con la única voluntad de servir a España y a los valores constitucionales», ha resaltado Robles. Por razones de rotación entre los Ejércitos y la Armada, la ministra ha nombrado un nuevo jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del aire Miguel Ángel Villarroya, que ha anunciado los estimulantes retos que deberán afrontar nuestras Fuerzas Armadas, como prepararse para los escenarios del futuro «y no para las guerras del pasado», utilizar los recursos disponibles con la máxima eficiencia y, sobre todo, tender hacia un personal bien formado y adiestrado, instruido en valores y conocimientos, y con mejores condiciones de vida. A la nueva etapa política que ahora se inicia, que según ha anunciado el presidente del Gobierno será «la Legislatura del diálogo», contribuirán un Ministerio de Defensa con intención de consenso y trabajo constructivo, y unas Fuerzas Armadas que, con su quehacer diario, hacen la vida más fácil y segura a todos los ciudadanos y aspiran a seguir siendo un referente en Europa y en el mundo. RED Febrero 2020 Revista Española de Defensa 5
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