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MEMORIAL CABALLERIA 81

Historia y Patrimonio HISTORIA Con el emblema podemos ver representados los cuatro institutos clásicos del arma: la lanza como símbolo de los lanceros, que fueron los predominantes en buena parte del siglo xix, y el sable como señal de los cazadores, húsares y dragones. El origen del emblema actual se puede situar en la segunda mitad del siglo xix, cuando em-pleando ese mismo nombre o el de distintivo, nace con la intención de relacionar la caballería en su conjunto con un diseño gráfico que se debía llevar en el uniforme según unas condiciones reglamen-tadas, formándose en un principio únicamente con las dos lanzas y más tarde con las lanzas y sables cruzados. Este criterio se apoya fundamentalmente en ciertas disposiciones adoptadas en los años 1850, 1879 y 1892. En este sentido, se estima que 1892 es el año en que se implanta el emblema con el diseño que hoy día es oficial, y no 1913, como por costumbre se ha venido admitiendo. Si bien en un principio la rica y variada uniformidad de las unidades del arma les permitía su perfecta identificación y al mismo tiempo diferenciarse de las demás, la aparición en 1914 de un uniforme único para el Ejército de color kaki, intencionadamente cómodo y funcional, pudo resultar determinante para la implantación obligada del emblema, cuestión que en la Caballería posible-mente no se habría sentido antes tan necesaria como en otras armas. Llegado el momento de la elec-ción, se optó por las lanzas y sables que hasta entonces no se habían colocado en el cuello –donde solo habían figurado los números, colores o emblemas propios de los cuerpos e institutos–, aunque sin duda debería valorarse también la posible influencia ejercida en la misma por los emblemas usados previamente por los retirados del arma. Para el emblema se admitió durante mucho tiempo –y prácticamente hasta 1922– un diseño dual que comprendía de modo simultáneo e indistinto bien las dos lanzas únicamente o, en otro caso, las dos lanzas y dos sables cruzados. Se puede sostener que las lanzas han sido el emblema predominante en las prendas de cabeza, mientras que el diseño completo con lanzas y sables lo ha sido para su empleo en cuellos, monturas y otras prendas. En lo relativo a las actuales prendas de cabeza, concretamente la boina, y considerando la próxima desaparición de la última brigada de caballería, resultaría acorde con los criterios históri-cos y con la más honda tradición del arma que la vigente boina negra reglamentaria para dicha gran unidad cambiase su denominación a la de boina específica de unidades de caballería, manteniendo su actual diseño y permitiendo su uso a los regimientos y grupos de caballería que no estuvieren encuadrados en grandes unidades con prenda de cabeza propia. Con lo expuesto en este artículo y con vista al futuro, parece obligado asegurar la pervivencia del emblema de Caballería en la uniformidad de todos sus componentes, en señal de homenaje y respeto a la gloriosa historia del arma. Memorial de Caballería, n.º 81 - Junio 2016 121 BIBLIOGRAFÍA • Calvo Pérez, José Luis y Grávalos González, Luis: Emblemas, divisas y distintivos en los cuellos de los uniformes del Ejército. 1994. • Emblemas de Caballería del Ejército español. Desde 1804 hasta nuestros días. Artículos del 1 al 4. • Guirao Larrañaga, Ramón y Camino del Olmo, Miguel Ángel: Botones españoles de uni-forme. Ministerio de Defensa. 1999. • González Peña, Julián: «La Caballería (1943-1986). Historia de un rombo», en Memo-rial de Caballería núm. 75. Junio de 2013. • Estados Militares de España. Años 1848, 1849, 1850 y 1851.


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