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MEMORIAL CABALLERIA 81

Orgánica y Materiales datos fiables que permitan hacer una selección adecuada, si bien es fácil hacerse una idea bas-tante aproximada de su potencial futuro. Como más conocidas señalaremos las granadas Geschoss alemana, LCGM británica, Pelican francesa, Excalibur norteamericana y TCM sueca, las sub-municiones SMArt 155 alemana, 155 ACED y Ogre francesas, Sadarm (en Irak se lanzaron unas 300 con un índice de aciertos comprendido entre el 40 y 50%), Smart y Skeet norteamericanas, y Bonus franco-sueca. De procedencia rusa encontramos las granadas Krasnopol, Kilotov, Santimetr y Smelchak, con guía láser semiactiva, que sirven para morteros y piezas de artillería de 120 a 240 mm, al igual que las submuniciones para diversos usos Motiv-3M, USM, PTAB, OFAB-50 y OAB- 2.5, por citar solo algunas. Los intentos por aumentar el alcance de la artillería clásica dieron lugar, principalmente, a las municiones asistidas por cohete (PEPAD en castellano y RAM en inglés) y a las de relleno de vacío de culote (base bleed, en terminología inglesa). Las primeras, como indica su nombre, basan su funcionamiento en la instalación de un motor cohete auxiliar, mientras que las segundas lo que hacen es rellenar el vacío creado tras la granada con los humos producidos por un complemento de pólvora que normalmente va roscado al culote. Por ahora, la reducción de la cabeza de guerra y la pérdida de precisión provocada por el uso de cohetes han favorecido la adopción del segundo sis-tema, que incrementa el alcance entre un 10 y un 30%; sin embargo, los sistemas de guía terminal, que minimizan la falta de precisión y potencia, están impulsando el estudio de nuevas municiones asistidas que consiguen destruir blancos a 57 km (Excalibur), 80 km (Geschoss y Pelican) e, in-cluso, 100 km (LCGM). Hasta ahora, la mayoría de piezas ATP (M-107/108/109/110, 2S3, 2S5, 2S7, 155 Mk F3, Tipo 74/75, Rascal…) son de carga manual, contando como mucho con algún mecanismo de ayuda hi-dráulico o neumático. Sin embargo, la rapidez de tiro exigible a la artillería moderna aconseja la instalación de mecanismos de carga totalmente automáticos o, como mínimo, de tipo semiautomá-tico (Bandkanon, Dana, 155 GCT, K9 Thunder, Slammer, M-109 A6 Paladin, Palmaria, AS-90, 2S19 MSTA-S, PzH 2000, AGM, PLZ 45…). Hay que tener presente que la eficacia de los radares de localización actuales obliga a cambiar de asentamiento continuamente para evitar los fuegos de contrabatería. Para hacernos una idea lo más exacta posible, citaremos que una de las características más consideradas en la actualidad es la denominada MRSI (Multiple Round Simultaneous Impact), es decir, la capacidad para batir un mismo objetivo simultáneamente con varios disparos, cambiando para ello las cargas y los ángulos de tiro. Durante una demostración efectuada en mayo de 1999, el PzH 2000 alemán llegó a lanzar cinco granadas a 17.000 metros, que cayeron sobre el blanco en un intervalo de tan solo 1,2 segundos. Asimismo, consiguió disparar tres granadas en 8,4 s, ocho en 37,1 s, diez en 48,1 s y veinte en 1 min 47 s. Por su parte, el AS90 británico es capaz de producir cuatro impactos simultáneos y el Thunder surcoreano, tres. Para que una unidad de artillería sea realmente eficaz es imprescindible que cuente con una di-rección de tiro integrada de gran capacidad, al tiempo que cada arma debe incorporar un navegador de alta precisión, el correspondiente terminal del sistema y los medios de transmisiones adecuados. En caso contrario, por muy buenas que sean las piezas que la dotan, desaprovecharán buena parte de sus posibilidades al no poder realizar los fuegos con la eficacia precisa. Además, los intermi-nables tiros de corrección de antaño no son asumibles hoy día, exigiéndose la entrada en eficacia desde el primer disparo. En resumen, no queda más remedio que emplear una moderna dirección de tiro que incluya los equipos imprescindibles para procesar y transmitir de forma instantánea los datos de tiro a cada pieza. Entre esos equipos cabe destacar los sensores y radares meteorológicos, medidores de la temperatura y velocidad inicial de los proyectiles, sistema de gestión del campo de batalla con navegador inercial y GPS, etc. Actualmente, en España existen dos empresas que disponen de sus propios sistemas de direc-ción de tiro de artillería que, obviamente, también sirven para las unidades de morteros e, incluso, podrían utilizarse como verdaderos sistemas de gestión del campo de batalla. Estas empresas son 68 Memorial de Caballería, n.º 81 - Junio 2016


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