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pañol, se hiciera cargo de la recepción del regalo y de su envío a España. Es inconcebible que, en el caso de producirse la entrega de un Planetario regalo procedente de la mayor autoridad del Gobierno alemán, el Estado Mayor del Aire español no fuera informado de ello. Por otra parte, examinados detenidamente los expedientes de Reixa y García Quintano tampoco se localizan referencias a la existencia de algún contacto oficial o privado que pudiera ser relacionado con la obtención de un planetario alemán a coste cero ni, en absoluto, declaraciones a los medios en tal sentido. Finalmente, la historia del regalo alemán (el mito) quedó invalidada, cuando la orden de compra de dos planetarios llegó oportunamente a la Junta Económica Central en el año 1947, quedando registrado el pedido literalmente como sigue: “Expediente nº 356, Pedido nº 530 de la Sección de Fabricación. Material: 2 planetarios, se adjudican a D. Fernando Pons y Ramírez de Verger, por un total de 400.000.- pts. por ser su oferta la única presentada y ajustarse la misma a las condiciones técnicas fijadas por el Servicio”7. LOS ARTÍFICES La empresa, propiedad de Fernando Pons, a la que fue confiada la construcción de los planetarios, se ubicaba en una gran nave-taller de dos plantas en la calle Tomás López 9, de Madrid y fue creada en el año 1941, bajo la denominación mercantil QBI (Instrumentos de Vuelo sin Visibilidad). Era bien conocida en el Ejército del Aire por haber fabricado para sus aviones un gran número de instrumentos de precisión, como anemómetros, bombas de vacío, visores de bombardeo (los negrillos) para los Heinkel 111, reguladores de presión, simuladores de vuelo y, prácticamente, cualquier instrumento que le fuera encargado. Es probable, que por su experiencia en la fabricación de los simuladores, QBI8 fuera la única empresa nacional, en aquellos momentos, capaz de construir los planetarios y que aceptara el reto y el riesgo de llevar a cabo un trabajo que no se había realizado nunca en España. Además de los especialistas de taller, el diseño, la construcción y el montaje de los planetarios corrió a cargo del reducido número de tres personas: Fernando Pons, Adolf Hein y Emilio Martín. 98 Fernando Pons posando ante un Fokker-VII de la LAPE en Barajas, en el año 1935 cuando realizaba prácticas para la obtención del título de Piloto de Transportes. (Foto cortesía Ingeborg Reppert). En la Escuela de Aviación Pons alternando con alumnos y profesores de la otra Escuela del Aero Club. Aeródromo de Málaga, año 1936. (Foto cortesía Ingeborg Reppert) Copia cortesía Ingeborg Reppert).


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