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50, que no llegaría hasta enero de 1939. En las fechas del supuesto duelo aéreo, solamente había dos ejemplares de dicho avión y ambos eran prototipos que estaban en Italia en vuelos de ensayos. Piero Vergnano, comenta en su libro sobre los cazas Fiat que la presencia de los G– 50 en España, en septiembre de 1937, era falsa. Además Sanz Sáinz, que después de haber sido Subsecretario del Aire, fue nombrado comandante del aeródromo de Alcalá de Henares, había muerto en un bombardeo aéreo en marzo de 1937. El propio Andrés García Lacalle afirmaría que dicho combate aéreo fue una pura fantasía de Derek Dickinson. PILOTOS DE CAZA Antes de continuar con la presencia en España de los Pilotos de Caza, conviene comentar la disparidad de criterio para llevar el cómputo de las victorias aéreas en nuestra Guerra Civil. Las reclamaciones de los pilotos, de uno u otro lado, siempre fueron objeto de discusiones y controversias. A veces, cuando un avión era alcanzado y obligado a aterrizar fuera de su campo, se le consideraba derribado y otras veces solo se aceptaba si el piloto aseguraba haber visto al avión enemigo incendiado o estrellándose contra el suelo. A este respecto, debe tenerse en cuenta que intentar perseguir siempre al avión adversario alcanzado para confirmar el derribo podría ser, en ocasiones, suicida y además se estaría expuesto al ataque de otros aviones enemigos. Todo ello originaría muchas reclamaciones, sobre todo de combatientes mercenarios para cobrar las primas por derribo aéreo. James William Marion “Tex” Allison, nació el 1 de octubre de 1905. Una vez en España, enero de 1937, hizo su período de instrucción en el aeródromo de San Javier, y superadas las pruebas en vuelo fue destinado, con otros pilotos norteamericanos, al de Manises, Valencia. La Unidad, mandada por un piloto voluntario austríaco, Walter Kantz, estaba formada por aviadores británicos y un irlandés. Esta composición originaría rivalidad y enemistad entre ingleses y americanos. El escuadrón voló algunas misiones durante sus dos semanas de destino, pero problemas entre los pilotos con las pagas y de otra naturaleza, aconsejaron trasladar al contingente americano para formar parte del primer escuadrón republicano de Caza dotado con I– 15 “Chatos”, y en el que no había pilotos soviéticos. Con él estaban Frank Tinker, Harold Dahl, Benjamín Leider y otros compatriotas norteamericanos. La Unidad la mandaba el As de la Aviación Republicana Andrés García Lacalle. En su libro, dedicaba un breve recuerdo a Allison, Jim fue la primera pérdida que tuvimos en el Escuadrón. En el primer o segundo ataque que efectuamos contra la factoría química de La Marañosa, resultó herido en una pierna y ya no pudo volar de nuevo. Según Lacalle, esa misión se llevó a cabo el 6 o el 7 de febrero de 1937. Sin embargo, Frank Tinker en su libro Some Still Live, discrepa de Lacalle sobre dicha fecha y señala que el combate tuvo lugar el 18 de febrero y ampliaba los datos sobre el derribo de Allison. Este es el relato del suceso. Al parecer, el número de aviones HE– 51 nacionales que atacó al escuadrón de Lacalle superaba en número al de los Chatos, por lo que éste para proteger el escuadrón, ordenó formar un círculo defensivo. Una vez formado, Allison, Dahl y Leider detectaron algunos HE– 51 que les cruzaban por debajo, lanzándose los tres pilotos en picado contra ellos. Allison derribó de inmediato a uno de los cazas enemigos, pero a su vez fue alcanzado por otros Heinkel que volaban más alto. Herido en una pierna, pudo evadirse del ataque de otros cazas y aterrizar en el aeródromo de Alcalá de Henares. Frank Tinker le visitó en el hospital, donde Allison le comentó que en unos 20 días esperaba volver a volar, pero por desgracia la herida se agravó y ante la posible amputación de la pierna solicitó el trasladado al hospital americano de la ciudad francesa de Neully. Allí se recuperó, pero en marzo de 1937 tuvo que regresar a los Estados Unidos para continuar el tratamiento médico. Posteriormente formaría parte de los conocidos Tigres Voladores en China. Falleció a los 41 años, el 27 de marzo de 1946. Albert John Baumler “Ajax”, y también apodado “The Keed” por su juventud, nació en Bayonne, New Jersey, el 17 de abril de 1914, y había pertenecido al Cuerpo Aéreo del Ejército norteamericano, del que fue dado de baja durante un vuelo de entrenamiento, porque después de despegar con un bimotor, con los depósitos de combustible semivacíos, se olvidó de conectar uno de ellos por lo que se vio forzado a efectuar un aterrizaje de emergencia, sufriendo daños leves el aparato. Por ello, tuvo que permanecer en el Kelly Field, en San Antonio, Texas, hasta que completó un entrenamiento avanzado. Pero realmente sería dado de baja en Kelly Field porque no demostró que llegaría a ser un buen piloto de caza. Posteriormente, intentó volar como copiloto en la United Air Lines pero antes de ser contratado decidió alistarse para participar como piloto en la guerra en España, en Bayonne su ciudad natal. A su llegada a España iría al aeródromo de San Javier, pasaría los controles de vuelo establecidos, y una vez superados fue destinado al aeródromo alicantino de La Rabasa. En este campo volaría los Nieuport– 52 en misiones de patrulla costera durante una semana, antes de pasar a Los Alcázares para recibir instrucción en los aviones de combate Chato I– 15. Terminada la fase de adiestramiento, fue destinado al aeródromo de Los Llanos para intentar reforzar el Frente de Málaga. En Albacete, se incorporó al Escuadrón cuyo jefe era el ruso Alexander Osadchij, de nombre de guerra Kazakov (los aviadores españoles y de EE.UU. le llamaban Kosakov). Esta Unidad contaba con siete I– 15 de dotación, más otros cinco Chatos pilotados por aviadores rusos expertos en vuelos de combate. En la mañana del 10 de febrero de 1937, Kosakov trasladó la Unidad al campo de Tabernas, a 130 kilómetros al este Málaga, dando escolta esa misma tarde a dos bombarderos Potez– 54, de la Escuadrilla Malraux que atacaron posiciones de las fuerzas nacionales, regresando sin contratiempo a su base. El día siguiente sería una fecha memorable para Albert Baumler, que entonces tenía 22 años, pues ese día participó en el primer combate aéreo en su vida aeronáutica, al dar escolta a los mismos bombarderos Potez– 54, sobre el Frente de Málaga. El combate tuvo lugar entre la localidad almeriense de Tabernas y la de Calohapas. Baumler pilotaba el Chato nº 73 cuando fueron atacados por varios Fiat CR– 32 que rápidamente derribaron a los Potez, y aunque el piloto estadounidense se enfrentó a uno de los Fiat, el combate terminó sin derribos. Baumler regresó a su base, después de unos 45 minutos de vuelo, con el motor funcionando con dificultades. Este gran piloto obtendría su primera victoria aérea el 16 de marzo de 1937, cuando volaba el I– 15 nº 23 en una misión en la provincia de Madrid, cerca de Soto del Real, cuando su escuadrón interceptó una formación de Fiat CR– 32 en el sector Brihuega– Valdesor– Pajares, comenzando de inmediato el combate. Baumler compartió el derribo de uno de los Fiat con el piloto ruso A. N. Zeitsoff. Cuatro días más tarde, pilotando otro I– 15, el nº 22, y también en las cercanías de Soto del Real, atacó una formación de tres Savoia– Marchetti que iban escoltados por cinco Fiat. Logró derribar uno de los Chirri a unos diez kilómetros al sureste de Brihuega. Era su cuarto vuelo del día. En el mes de abril, se trasladó a Sarrión, en el Frente de Teruel, y el 17 de dicho mes, cuando efectuaba su segunda misión del día, se enfrentó a una forma- 83


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