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MEMORIAL DE INFANTERIA 74

ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN, ADIESTRAMIENTO Y EVALUACIÓN 61 PARÁMETROS DETERMINANTES EN EL COMBATE: CLIMA Y TERRENO El combate de las unidades de montaña no es otro que el de la infantería ligera, si bien clima y terreno imponen unas reglas que el combatiente no puede obviar. Por ello el cazador, antes de combatir, debe asegurar su supervi-vencia y su capacidad de movimiento. Además, la compar-timentación del terreno lleva asociada el aislamiento de las unidades y la descentralización del mando. Esto obliga a que los jefes de las unidades, desde el más bajo nivel, deban incrementar su iniciativa, se vean sometidos a ma-yores responsabilidades y, por ende, asuman ejercer su mando con una mayor exigencia de liderazgo. Si bien el combate en montaña y el combate en zona de frío extremo no tienen por qué ser sinónimos, ambos ambientes afectan significativamente a unidades y ope-raciones, pues mantienen muchos aspectos en común y pueden, en cierta manera, considerarse las dos caras de la misma moneda1. En cualquier caso, quien no haya expe-rimentado por sí mismo la sensación de vivir y moverse en este tipo de escenarios, incluso sin la presencia de un enemigo real, difícilmente podrá hacerse una idea sobre el impacto que el terreno montañoso o el frío extremo pueden tener en las operaciones militares. Por ello las unidades de montaña se preparan mediante una instruc-ción y adiestramiento cíclico y constante que alterna las técnicas de vida y movimiento con el combate propio de la infantería ligera, conscientes de que ese hábito a combatir en un ambiente de por sí hostil es algo que no se puede improvisar. 1  Lt. Col. Scott W. Pierce (USMC): Mountain and Cold Weather Warfight-ing: Critical Capability for the 21st. Century. En definitiva, se trata de asimilar una serie de rutinas que aseguren la operatividad de cada uno de los combatientes y, por tanto, la eficacia de la unidad, de manera que esta, habituada a las duras condiciones que impone este medio, solo deba preocuparse de combatir a un enemigo. PARTICULARIDADES DEL VESTUARIO Y EL EQUIPO Si bien las unidades de montaña son, en definitiva, unida-des de infantería ligera, las condiciones en las que debe ejecutar sus operaciones hacen necesario que dispongan de cierto vestuario y equipo que facilite sus técnicas de vida y movimiento, de manera que lleguen al combate en las condiciones óptimas. Esto no implica necesariamen-te que se disponga de mucho más material que el resto de unidades, pero sí distinto. Este debe ser el adecuado para paliar los efectos del frío, el viento y la humedad. Estos agentes atmosféricos provocan pérdida de calor en el cuerpo, con la consiguiente posibilidad de hipotermia, congelaciones, quemaduras o el conocido pie de trinche-ra, entre otros. Lo primero a proteger será la piel, reduciendo su expo-sición innecesariamente. Para ello será fundamental em-plear cremas solares, cubrir los brazos bajando las man-gas del uniforme y utilizar gafas con una protección solar adecuada. Otro punto de atención será el referido a las extremidades: manos y pies son más propensos a la con-gelación que otras partes del cuerpo, por lo que las pren-das que los cubran, al margen de sus capacidades térmicas y de impermeabilidad, deben permitir la movilidad de los dedos, pues la reducción de la circulación sanguínea in-crementa el riesgo de congelación. Por último cabe desta-car la importancia de un correcto empleo de la prenda de cabeza; una parte importante del calor corporal se pierde por la cabeza, y tan peligroso como esto es el riesgo de El jefe de una pequeña unidad asume grandes responsabi-lidades en la toma de decisiones. Su liderazgo y experiencia serán imprescindibles en las situaciones adversas El rigor y la dureza del ambiente tienen un gran impacto en unidades y operaciones


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