INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS. LECCIONES APRENDIDAS la ciudad, donde los chechenos atacaron y los destruye-ron. La oposición chechena aprendió a no proporcionar objetivos a la aviación, la artillería y la maniobra de las fuerzas rusas. La superioridad tecnológica no garantizó la victoria de los rusos. –– En Nablus (2002), los soldados de las Fuerzas de De-fensa de Israel (FDI) no utilizaron ninguna de las calles, carreteras, callejones o patios que conforman la ciudad, y ninguna de las puertas exteriores, escaleras internas o ventanas de los edificios, sino que progresaron ho-rizontalmente a través de paredes, y verticalmente a través de agujeros en techos y suelos. Esta forma de movimiento, descrito como infestación, trató de redefi-nir el interior como exterior, y los interiores domésti-cos como vías. –– Stalingrado (1942-1943) es el último ejemplo de ope-raciones en una ciudad con pérdidas extremas entre dos ejércitos regulares. La fase defensiva de la bata-lla por la ciudad duró 126 días y los rusos sufrieron 644.000 bajas con un promedio de 5.100 muertes por día. La batalla creó 600.000 refugiados rusos. Aunque ya existen megaciudades, el tema es igualmente importante en cientos de miles de ciudades y pueblos en todo el mundo. El ejército ucraniano se encontró con el problema en el verano de 2014 en Donetsk y Luhansk en Ucrania oriental; el ejército nigeriano hubo de tomar decisiones difíciles en su lucha contra Boko Haram; en Irak y Siria continúan los combates para reconquistar pueblos y ciudades tomados por ISIS y sus aliados en junio de 2014. La progresión de las FDI en tres dimensiones a través de paredes, techos y suelos de toda la masa urbana rein-terpretada, cortocircuitada y recompuesta implicaba una concepción de la ciudad flexible y casi líquida, siempre eventual y en proceso de cambio. La innovación puede proporcionar nuevas tácticas y el éxito en el combate urbano. 70 Hay muchas razones para creer que los futuros enemigos de una fuerza regular se parecerán más a los chechenos que a los rusos. Por lo tanto, es necesario prepararse para el combate urbano. También debe entenderse que una fuerza insurgente residente disfruta de ventajas sig-nificativas sobre un agresor extranjero técnicamente su-perior. Las operaciones urbanas son una forma de guerra asimétrica que degrada las ventajas de los ejércitos bien entrenados y equipados. Gran parte del debate se centra en por qué se debe o no participar en operaciones militares en grandes entornos urbanos, pero ningún argumento nos exime de pensar en ello y ofrecer opciones a los que tienen que tomar decisiones. El poder combatir en zona urbana será una importante capacidad en este siglo, aunque se trate de evitar y comprometer recursos en ella, ya que el enemigo insistirá en combatir en este ambiente. Además de tener en cuenta las lecciones de la última década, hay que comprender que el entorno operativo será más desafiante y complejo a medida que el mundo se urbaniza. Se necesita un debate riguroso sobre cómo se pueden satisfacer los desafíos planteados por las ope-raciones futuras en los principales centros urbanos, en ellas será muy relevante la participación de las fuerzas terrestres. Aunque no deben descartarse posibles enfrentamientos urbanos simétricos en el futuro, en la actualidad son poco probables; sin embargo, las fuerzas se verán obligadas con mayor frecuencia a operar en escenarios urbanos, siendo estos netamente desfavorables a su empleo, por lo que deben asumirse los retos que necesariamente implican. En los últimos años, grupos irregulares han obtenido beneficios de la participación de las fuerzas militares en núcleos urbanos gracias a que les proporciona cobertu-ra mediática, posibilidad de ocultación y rutas de escape; además, presentan grandes oportunidades para emboscar a las tropas mediante artefactos explosivos improvisados, cohetes o francotiradores. A esto hay que añadir el gran riesgo de ocasionar víctimas civiles. El mantenimiento de la paz y estabilidad en el mundo re-quiere de la implicación de políticos, militares e industrias relacionadas, que deberán llevar a cabo nuevos estudios y desarrollos en todos los campos operacionales. En este sentido, parece lógico continuar con los intercambios de información ya iniciados relacionados con los aspectos esenciales de las operaciones urbanas. Desde 2014, EE. UU. y el Reino Unido han celebrado reuniones específicas sobre este tema. En estas conversaciones se ha concluido que hay una serie de consecuencias no deseadas si se trata de aplicar toda la potencia de una fuerza en estos Grandes ciudades
MEMORIAL DE INFANTERIA 74
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