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REVISTA IEEE 8

57 Alberto Bueno La cultura de seguridad y defensa: una propuesta de... respecto a las otras eventuales expresiones de esta política pública: su esfuerzo dirigido hacia el reconocimiento y apoyo expreso al trabajo del ejército70. Observamos cómo todos estos planteamientos concuerdan con el significado dado a la cultura de seguridad y defensa como parte de la cultura política que razonábamos en los apartados iniciales de este artículo. Por eso quizá la definición más desarrollada y divulgada de cultura de defensa es la aportada por Ballesteros, quien la definía enri-quecedoramente como: «el sistema de manifestaciones, conocimientos, modos de vida y grado de desarrollo sobre la defensa colectiva en un sociedad, y la parte de la cultura política que se refiere a cómo una sociedad concibe su protección frente a amenazas y riesgos externos»71. Una definición que bien puede ser un resumen de lo expuesto hasta ahora y que permite apreciar las premisas de las que parte esta política pública. En conclusión, la cultura de defensa es la acción destinada a mejorar el conocimien-to general «compréndase conocimiento, no solo como acumulación de información, sino también como esas orientaciones hacia los objetos políticos que describíamos en el apartado segundo» de la población acerca de los temas de la defensa nacional, apoyando las misiones y las novedosas características que las FAS desarrollan en la actualidad, así como el esfuerzo que suponen a todos los niveles –político, estratégico, económico y social–. Además procurará que la población valore especialmente el tra-bajo que los ejércitos desempeñan al servicio de la defensa nacional. Cultura de seguridad y defensa: concepto y enfoque ampliados Precisamente ha sido esa dimensión ampliada de los cometidos de las FAS y su inevitable proyección en el teatro internacional lo que invitó pronto a repensar la formulación de esta política. Apenas unos años después del arranque de la «cultura de defensa», se comienza a hablar de cultura de seguridad y defensa, puesto que la seguri-dad internacional tiene directas repercusiones en la seguridad interior y la defensa, un cambio nominal con importantes efectos teóricos y prácticos. En efecto, la defensa cada vez más tiene un enfoque securitario, en cuanto hoy en día «nuestras unidades militares llevan también a cabo actividades que se enmarcan en 70  Así lo resaltaba la ministra de Defensa, Carme Chacón, cuando escribía que la cultura de defensa tiene la finalidad concreta de prestar el apoyo social a las Fuerzas Armadas. Aunque hay que advertir, sensu contrario, que no se debe identificar la cultura de defensa exclusivamente con el conocimiento de las FAS, según Tamarit, sino que esta, como explicamos, ha de dirigirse hacia ambos aspectos: de manera sintética, defensa nacional y ejército. CHACÓN, Carme. «Prólogo de la ministra de Defen-sa ». En López Mora, F. y Ballesteros, M. A. (eds.). Ensayos sobre la cultura de defensa y la paz en la Es-paña actual. Universidad de Córdoba-Direccion General de Relaciones Institucionales de la Defensa. Córdoba-Madrid, 2011; TAMARIT: op. cit., p. 320. 71  BALLESTEROS: op. cit., p. 53. http://revista.ieee.es/index.php/ieee


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