Margarita Robles, acompañada por el secretario de Estado de Defensa, saluda a los mandos del contingente español de UNIFIL. Con las tropas en Margarita Robles realiza su primera visita a los militares que participan en misiones internacionales QUERÍAMOS visitar esta posición y reconocer aquí el esfuerzo que están realizando, absolutamente impagable, las 24 horas, de día y de noche, en una situación que, si no se ve sobre el terreno, no se es consciente de ella». El pasado 29 de junio la ministra de Defensa, Margarita Robles, comprobaba desde la posición 4.28 la «calma tensa» que se extiende a lo largo de la divisoria virtual entre Líbano e Israel —la blue line o línea azul— trazada por Naciones Unidas y que transcurre casi en paralelo a la frontera líbano real para vigilar el cese de hostilidades entre ambos países desde 2006, año en el que sellaron la paz. En este puesto avanzado, situado al sur del área de responsabilidad española, que abarca el Sector Este de la misión de la ONU, murió en 2015 el cabo Francisco Javier Soria, víctima de un proyectil de artillería disparado por el ejército hebreo contra posiciones de Hezbolá. Fue uno de los numerosos incidentes armados que se han registrado tras la firma del alto el fuego dictaminado por la ONU y el despliegue de los cascos azules en el sur de Líbano. Las palabras de la ministra de Defensa iban dirigidas a los miembros de la compañía española que vigilan sin descanso desde este observatorio protegido con bloques de hormigón y concertinas para que no resurjan los enfrentamientos en cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad. De este promontorio parten también las patrullas que recorren la línea azul a los pies de los Altos del Golán hasta la localidad de Ghajjar y sus alrededores. «Este es un punto conflictivo permanente para nuestras tropas», le dijo a Robles en la posición 4.28 el teniente coronel Nico- 12 Revista Española de Defensa Julio/Agosto 2018
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 352-
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