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Ceuta. Fortaleza del Hacho. Pepe Díaz A la izquierda, Jaca. Castillo de San Pedro. A la derecha, Castillo de Villaviciosa, sede del Archivo Histórico del Ejército del Aire. educación medioambiental. Al margen del consorcio, también es sede del Museo de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, y alberga la Sala de Tropas de Montaña. ÚNICO EN SU GÉNERO Siguiendo hacia al este, se encuentra el Castillo de San Fernando, en Figueras, Girona. Está considerado, con sus 550.000 metros cuadrados, como la plaza abaluartada más grande de Europa y un auténtico tratado sobre fortificaciones del siglo XVIII. Sus obras comenzaron en 1753, dirigidas por Juan Martín Zermeño y, también, como parte de una línea de defensa frente a la vecina Francia. Sin embargo, sus trabajos no terminarían hasta bien entrado el siglo XIX. De planta estrellada, el castillo se inscribe en un pentágono irregular y cuenta con un doble recinto. El primero, formado por seis baluartes, una plataforma y seis cortinas, al que se suma otro exterior, con tres hornabeques, dos contraguardias y siete revellines. Rodea todo el perímetro un foso, el glacis y un camino cubierto de 3.120 metros. Sus almacenes podían guardar provisiones para alimentar a 10.000 personas durante un año y las caballerizas, albergar hasta 500 caballos y a sus jinetes. Contó con arsenal, panadería y hospital. Bajo la plaza de armas hay cuatro cisternas con capacidad para nueve millones de litros de agua. Hoy, además, acoge un museo con una importante colección de miniaturas y lleva su gestión un consorcio integrado por Defensa, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Figueras. Llegamos ahora a la meseta norte, al Alcázar de Segovia. El terreno que hoy ocupa ya fue habitado por romanos y musulmanes. No obstante, para buscar su origen hay que remontarse al siglo XII, al reinado de Alfonso VIII. Sin embargo, serán los Trastámaras (siglo XV) los que ampliarán el conjunto y, Felipe II le dará su imagen actual, con los chapiteles y tejados de pizarra en las torres, así como el nuevo patio de armas, del arquitecto Francisco de Mora. UN NAVÍO EN PLENA CASTILLA El palacio segoviano tiene forma de trapecio irregular, lo que le confiere el aspecto de un navío de piedra. El acceso se sitúa tras un puente levadizo que cruza un foso. Hacia el noroeste se eleva la torre del homenaje con sus cinco torreones. Entre esta torre y la denominada de «Juan II», hay dos patios, el de armas y el del reloj. Alberga el Archivo General Militar de Segovia y un museo sobre historia del Arma de Artillería. Rige sus destinos un patronato compuesto por autoridades civiles y militares vinculadas a su academia, ya que en 1874 quedó en usufructo perpetuo de la citada Arma del Ejército. 58 Revista Española de Defensa Abril 2019 Pepe Díaz Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta


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