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135 AVIONES CONTRA LOS INCENDIOS FORESTALES Lo que, aparentemente, parecía una gran innovación tenía ya historia. El empleo de aviones como un medio más en la lucha contra los incendios forestales se remonta al año 1916, cuando fueron utilizados en Canadá y la costa oeste de Estados Unidos para misiones de vigilancia y detección de incendios forestales en vastas extensiones de bosque despobladas. Como se ve, muy pocos años después de sus orígenes, la aviación ya se involucra en la gran problemática que representa el combate contra los incendios forestales. El transcurrir del tiempo conlleva pasos de gigante en cuanto a la evolución de la técnica e industria aeronáuticas, y ya en la década de los años treinta surgen en Canadá, Estados Unidos, Australia y Rusia los primeros ensayos e intentos para emplear la aviación en cometidos concretos para la extinción de incendios forestales. Entre los años 1940 y 1945 todos los esfuerzos y la investigación aeronáutica están dedicados y vertidos hacia los requerimientos que demandaban las fuerzas aéreas implicadas en la II Guerra Mundial, por lo que el empleo de aviones en cometidos forestales sufre un estacionamiento. Al finalizar la guerra se desempolvan antiguas ideas y proyectos y, además, se cuenta con la circunstancia favorable del gran excedente de aviones, ya sin cometido bélico y fuera de servicio, en los inventarios de las fuerzas aéreas de algunas naciones. En 1950 se obtiene el primer éxito en lo referente al empleo de aviones en cometidos concretos de extinción, cuando en Canadá, desde un avión Beaver, se lanzan sobre un incendio forestal bolsas de plástico con 14 litros de agua, consiguiendo frenar su propagación y controlándolo hasta que los equipos de tierra logran la total extinción. A partir de aquí un gran número de aviones, de los excedentes antes mencionados, son convenientemente transformados y equipados con instalaciones adecuadas para efectuar «bombardeos de agua». Y entre los más conocidos están los B-24 Liberator, B-17 Fortaleza Volante, y anfibios como el PBY Catalina. Se evalúan y constatan las grandes posibilidades que tienen los medios aéreos para cooperar en la extinción de incendios forestales, pero también se observa que estos aviones transformados tienen limitaciones en cuanto a las maniobras y operación que este cometido exige, por lo que surgen estudios para determinar las características básicas que debería tener el «avión ideal» para utilizarse en la extinción de incendios forestales. Y es así como en 1967 aparece el avión anfibio Canadair CL-215, especialmente concebido, diseñado y construido para tal fin, haciendo su primer vuelo el 23 de octubre de 1967. El empleo de aviones en España para cooperar en la extinción de incendios forestales se inicia en el verano de 1969, cuando la entonces Dirección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial del Ministerio de Agricultura contrata un avión anfibio Canadair CL-215 a través de la empresa SAASA (Servicios Agrícolas Aéreos S.A.). Tiene la matrícula canadiense CF-YWN y, básicamente, su área de actuación es Galicia. En el verano del año siguiente, el Ministerio de Agricultura prueba otro tipo de avión, el de Havilland Twin Otter. Este avión, a diferencia del anfibio Canadair, hace la carga de agua en tierra y tiene menor capacidad, por lo que para su operación se necesitan pistas, almacenamientos suficientes de agua e instalaciones adecuadas no muy alejadas de los posibles focos de incendios forestales. La actividad de este avión también se centró principalmente en la región gallega, y estuvo estacionado en la pista de La Lanzada (Pontevedra). AVIONES CL-215 EN EL EJÉRCITO DEL AIRE Una vez analizados y evaluados los resultados obtenidos por ambos aviones y considerando la gran red fluvial, costas y embalses de agua existentes en España, se elige el avión CL-215. A mediados de 1970 el Ministerio de Agricultura adquiere dos aviones de este tipo, que serán operados por el Ejército del Aire, y establece con él un convenio para regular su utilización y mantenimiento. Los aviones se adscriben al 803 Escuadrón de Fuerzas Aéreas, que depende operativamente del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), dotado con helicópteros y estacionado en la base aérea de Getafe. La plantilla de personal del 803 Escuadrón -pilotos y especialistas de mantenimiento- está adecuada, en número y especialidad, a los medios aéreos -helicópteros- que hasta ahora dispone. Por ello, es preciso convocar vacantes para obtener el personal que atienda a los nuevos aviones y, en consecuencia, por O.M. n.º 2392/70 de 7 de octubre (BOA n.º 121) pasan destinados al 803 Escuadrón el siguiente personal: Comandante (SV) Victoriano Sáez Esteban Capitán (SV) Gonzalo Ramos Jácome Posteriormente, por O.M. n.º 2738/70 de 9 de noviembre (BOA n.º 135) son destinados también: Capitán (SV) Jesús Rodríguez González Teniente (SV) Álvaro Hernández García-Moya Avión Canadair CL-215, diseñado y construido especialmente para la lucha contra los incendios forestales Avión De Havilland “Twin Otter”


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