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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA I 2015

EL HIMNO NACIONAL 125 sobre la necesidad de unificar los toques de la Infantería para que S.M. los haga examinar con la mayor atención a la Junta de Generales (Los toques de Guerra en música, tanto para los Pífanos como para los Clarinetes, no están todos arreglados, ni completos, por lo que sería conveniente al caso, dar un cuaderno separado a cada Regimiento (y que se incluyese la libreta de tambores) para que uniformemente pudieran seguirlos pues hasta hoy se notan grandes diferencias que disuenan, que a su arbitrio inventan esta especie de músicos). Con todo, no sería posible reglamentar los toques de la guerra hasta la convocatoria de la siguiente junta en 1767 y una vez aproba-das las famosas Reales Ordenanzas, al año siguiente. Al figurar Espinosa como autor en la portada del libro manuscrito, no debía haber dudas sobre quién es el autor de la Marcha de Granaderos. Incluso dentro del citado manuscrito, figura la partitura de otra marcha, de-nominada Walona, de la que se aclara que fue compuesta por Carlos Julián, también intérprete de oboe y amigo de Espinosa. Esta especificación consti-tuye por sí misma una ratificación de la autoría del resto de los toques por el músico de Andújar. Sin embargo, se ha discutido mucho sobre ello. Promulgadas las Reales Ordenanzas en 1768, el rey aprobaría, al año siguiente, lo que todavía no se designaba como reglamento, pero que reunía todas sus características: un Cuaderno impreso que fijaba y ordenaba los toques de la guerra a utilizar por la Infantería. En su portada se explica que contiene: los Toques de la Guerra que deberán observar uniformadamen-te los pífanos, clarinetes y tambores de S.M. Además, Redondo Díaz, que publicó sobre este tema un excelente trabajo en la Revista Historia Militar (número 54 de 1983), ha encontrado y reproduce en su artículo los decretos que hicieron posible la publicación del Cuaderno que unificaba obligato-riamente los toques de guerra: El Rey quiere que en la Junta de Generales se trate y examine si conviene, como S.M. lo cree, uniformar la Infantería extranjera a los toques de Guerra de la española, exceptuando los suizos como cuerpo de capitulación. Avísolo a V.E., para que, comunicándolo a la Junta, proponga a S.M. lo que estime conveniente (R. O. del 6 de noviembre de 1767). Estudiado por la Junta la cuestión, Carlos III mandaba por R. O. de 23 de noviembre del mismo año: que los toques de guerra que usa la Infantería Española, sean comunes y precisos a la Extranjera, sin variación alguna, exceptuando los cuerpos suizos por sus consideraciones particula-res, si no conviene seguir la misma Regla, como sería del Real agrado. En el Cuaderno impreso de 1769 citado nos encontramos de nuevo con la Marcha de Granaderos cuya instrumentación incluye, además de los pífanos, dos clarinetes. A Espinosa se le reconoce en la citada portada como concertador.


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