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MEMORIAL INFANTERIA 66

INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS. LECCIONES APRENDIDAS heroísmo que empuja al jefe a ir mas allá y el deseo y la obsesión de vencer a toda costa. La edición de 1993 del FM 100-5, da algunos ejemplos históricos del concepto. En el plano estratégico la ofen-siva alemana de 1914 en Francia y la invasión alemana en Rusia de 1941. En el nivel operacional seria la contra-ofensiva alemana en las Ardenas en 1944 y el avance de Patton a través de Francia, que se detiene en La Lorena por falta de reavituallamientos. Tradicionalmente, cuando la operación enemiga al-canza su Punto Culminante, las fuerzas amigas se pre-paran para pasar a la contra-ofensiva. Actualmente se recomienda preparar las fuerzas poco antes de que el enemigo alcance su Punto Culminante. El concepto de punto culminante es poco discutido en la doctrina de EE. UU, a pesar de que entra en contradic-ción directa con el principio de continuidad o de explo-tación enunciado por Clausewitz, además de que es un concepto demasiado difuso como para tener un impacto real en la práctica DESGASTE ANIQUILAMIENTO Y MANIOBRA Junto a los conceptos de desgaste o destrucción del enemigo, presentes en la obra de Clausewitz, surge uno nuevo en el pensamiento estadounidense, el de disrup-ción- perturbación, interrupción. El defensor perturba el ritmo y la sincronía del atacante, contrariando sus iniciativas e impidiendo que concentre una potencia de combate decisiva. El jefe en la Defensiva, utiliza igual-mente la perturbación para atacar la voluntad de lucha del enemigo. Esto se logra venciendo o induciendo a error a las fuerzas de reconocimiento enemigas, sepa-rando sus fuerzas, aislando las Unidades y rompiendo las formaciones de tal manera que no puedan luchar in-tegrando un conjunto coherente. El defensor interrum-pe el fuego de apoyo, el soporte logístico y los medios de mando y control enemigos. Disimula u oculta su ver-dadero dispositivo e intenciones y contra-ataca antes que el enemigo consolide las posiciones conquistadas. En cuanto a la Maniobra, la doctrina Americana, aun to-mando fundamento en la obra de Jomini, Liddell Hart y Sun-Zu, mira más hacia la acción de los grandes genios contemporáneos como Patton y Rommel, que a los teó-ricos. Clausewitz da pocas indicaciones sobre la manera de maniobrar, pues lo que más cuenta para él sería la precisión y superioridad en la aplicación del orden, la disciplina y el miedo. LA TEORÍA DE LA PARÁLISIS ESTRATÉGICA DE LA U.S. AIR FORCE En los últimos años, los Estados Unidos han sido testigos de un importante aumento del interés por la Fuerza Aé-rea. 100 En este contexto y en el seno de la U.S. Air Force, se ha desarrollado una escuela de pensamiento llamada de la “parálisis estratégica” que toma algunos conceptos de las teorías del Caos. Los principales representantes son John Boyd y John Warden. La noción de parálisis estratégica hunde sus raíces en el pensamiento clásico y comparte particularmente simi-litudes con las ideas de Sun-Zu. La clave del concepto consiste en lograr la impotencia del enemigo sin tener que destruirlo. Para hacerlo hay que actuar no solo en su esfera física sino también y sobre todo en la mental con el objeto de romper su voluntad de vencer. La intención en principio es no letal, aunque se hace más incidencia en los medios no letales que en la intención propiamente dicha. La parálisis del enemigo no entra en la concepción de la destrucción ni en la del desgaste y parece ser que ha encontrado terreno abonado en el movimiento de reforma militar, encuadrada en el nivel operacional y en los efectos de la maniobra. Para John Warden, el enemigo se puede representar por una serie de círculos concéntricos que serían del centro hacia el exterior: la dirección, las funciones de combate, la infraestructura, la población y las fuerzas desplegadas. Para paralizar al enemigo, previamente hay que identi-ficar sus centros de gravedad, siguiendo el método de análisis basado en los círculos concéntricos. Pero existe una cierta confusión cuando este autor pregona a la vez la aproximación indirecta y la concentración de fuerzas o la tasa de desgaste. Además se muestra muy optimista respecto al potencial de la Fuerza Aérea cuando afirma que un gobierno no puede aguantar mucho tiempo si los aviones enemigos, con superioridad aérea total, operan en su espacio aéreo. A pesar de todo reconoce la difi-cultad de romper la moral de la población por medios directos. El plan de la campaña aérea para la guerra del golfo se realizó según las teorías de John Warden. El general Schwarzkopf le pidió que estableciera un plan de batalla para la fase inicial de la guerra aérea. Se había convenido que no se destruiría Iraq como nación, pues Schwarzkopf pensaba que Iraq debía continuar siendo el contrapeso a la potencia de Irán. El sistema de mando y control del ejército Iraquí fue escogido como Centro de Gravedad. A continuación Warden propuso la desactivación del sistema de defensa aérea, pero el general Schwarzkopf exigió que el siguiente objetivo para la continuación, en su caso, de la campaña, fuese la destrucción de la Guardia Republicana de Saddam Hussein mediante el empleo de un potente fuego de desgaste conducido por los B-52, que podían operar con efectividad fuera del alcance de la defensa antiaérea iraquí. En cualquier caso la obra de John Warden no ha conse-guido un apoyo unánime. Lo que él considera como Cen-


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