ASPECTOS INSTITUCIONALES 25 exterior, también es importante entre nuestra gente, sed líderes en vuestras unidades y tratad de que vuestros su-bordinados os busquen como ejemplo. Como decía otro de mis jefes: “que los soldados quieran parecerse a su teniente o a su sargento y no al revés”. Es muy significativo que en una de las últimas encuestas que ha hecho la JCISAT el ejemplo de los mandos, sin especificar quiénes son estos, es una de las cuestiones peor valora-das por nuestros soldados, no porque no sea necesario sino porque en algunos casos lo echan en falta. Eso es preocupante y quizás es una muestra del esfuerzo que debemos hacer cada uno dentro de su unidad. Sed positivos en todas vuestras relaciones. El oficial o sub-oficial recién salido de las Academias de por sí es, como he dicho antes, utópico y ve, por tanto, un mundo ideal. A eso hay que seguir aspirando y esa es parte de la grandeza que podéis aportar a esta profesión. Hay que ser crítico, pero siendo positivo; incluso de las situaciones negativas hay que buscar la mejor enseñanza, aunque solo sea aprender qué es lo que no hay que hacer. Es conveniente no perder el contacto con la realidad, estar en contacto con lo que piensan las promociones más modernas, pero también preguntad a los más antiguos, comentad con los del mis-mo empleo y no penséis que lo sabéis todo. Y este mensa-je lo he enviado siempre. Hay que aprender permanente-mente de todos, de los superiores, de los iguales y de los subordinados que muchas veces nos enseñan cuestiones en las que no habíamos caído y que nos ofrecen puntos de vista, los suyos, que hay que valorar y en su caso saber contrarrestar o explicar. Vais a salir tenientes y sargentos en un plazo muy corto y pensar que está todo conseguido por haber finalizado nuestro tiempo académico es un gran error. Esto es como he dicho anteriormente nuestro primer peldaño, nuestro primer escalón, pero nos quedan muchos por cubrir. La Ley de la Carrera Militar está ahí y es la que nos va a regir por un tiempo, nos guste más o menos pero será la que se aplique porque es la que está en vigor. Por tanto tendréis que pensar en qué os vais a especializar, qué se le pide a un oficial o suboficial: preparación física, psíquica, técnica (aquí incluyo un caballo de batalla permanente como son los idio-mas) y moral. Esto dicho en tan pocas palabras parece fácil, pero veréis que no lo es. La física es la que en general más nos gusta a los oficiales y suboficiales de Infantería, pero no implica solo ser unos buenos atletas, implica mejorar la condición de todos mis subordinados, sed progresivos en nuestros esfuerzos, no hacer locuras, saber que es necesa-ria y que en algún momento hay que llegar casi al límite para hacer ver a nuestros hombres y mujeres que son capaces de llevar a cabo esfuerzos superiores a los que ellos creen, porque así estarán en condiciones, cuando llegue el caso, de hacerlos. Recordad la famosa sentencia de Camilo José Cela “Quien no haya sido soldado de infantería quizá ig-nore que cuando el hombre (habría que añadir la mujer) se cansa, aún le faltan muchas horas y mu-chas leguas para cansarse”. No debemos olvidar nuestra preparación psíquica que se consigue fundamentalmente con buenos hábitos de salud y que influye muy considerablemente en nuestro rendimiento.
MEMORIAL INFANTERIA 66
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