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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

PINZÓN Y LAS RAÍCES HISPÁNICAS DE BRASIL 141 «Caminando dos días por tierra llegaron al puerto de la Concepción del río Aguarico en donde estaban las canoas en las cuales se embarcaron y navegando río abajo desembarcaron a los diez días en el grande de Napo, el cual va por aquel parage tan grande que, con serlo mucho el de Aguarico es, en su comparación, un pequeño arroyo ...» (ídem, 120 v). Sirvan estos tres a los que podrían incorporarse otros relativos a los recorridos de Brieva sobre el Amazonas con noticias del río Negro (concordantes con las que expusiera Gaspar de Carvajal), o del río de la Madera o de los Trapajosos (el Tapajoz), o la referencia al levantamiento cartográfico que se hizo de los viajes de Brieva desde y hasta Quito, «que fue de mucho gusto para todos los que lo vieron» (ídem, 128); carta a la que sería preciso añadir los cálculos de la altura, sondas y demás observaciones. Informes y relaciones reflejan una geografía humana de inusitada complejidad sobre un territorio manifiestamente homogéneo. Un mosaico de grupos y subgrupos o, en terminología de la época, «naciones» y «parcialidades» fragmentaba53 una serie de «provincias» poco comunicadas entre sí y, con frecuencia, menos relacionadas por la existencia de lenguas diferentes. Quijos, sucumbíos, becabas, rumos, zuñes, cofanes, abijiras, encabellados, oas, omaguas, una fragmentación en suma que contribuía a dificultar aún más la labor de quienes pretendían una unificación cultural: cristianizar y establecer una lengua franca (castellano) por más que los misioneros se esforzaran por aprender los idiomas nativos contribuyendo a su supervivencia. La aparición del ladino, culturalmente mestizo, y su aprovechamiento como lengua fue un elemento auxiliar valioso cuya ausencia sirvió para concluir alguna de las expediciones iniciales; y que dio lugar a algunas sublevaciones desde finales del siglo xvi que no fueron excepcionales a lo largo del siglo xvii por razones de presión ejercida sobre los naturales como consecuencia de la pobreza de la región (tributos escasos, abusos con cargadores y remeros, buscadores de oro, talas y cultivos) que conducía a los encomenderos a la búsqueda de indios (esclavización de abijiras, por ejemplo) y a los indios a las citadas huidas hacia áreas de refugio en la cuenca del Napo; al llegar el siglo xviii nuevos factores incidieron sobre la población aborigen, especialmente omagua, derivados de los conflictos fronterizos y de límites hispano/ portugueses, cuyos diarios están publicados (Bol. SGM). 53  Por ejemplo, la cuenca del Aguarico se hallaba poblada por las siguientes etnias: omaguas, encabellados y payaguas; el río Napo por payaguas, oas, yameos, con las siguientes parcia-lidades: nahupones, mikguianos, parranos, amaonos, napeanos, baulines, moholas, muya-nos, nacaonos, muenos, patihuas, zamues, maschamaes, cahuamaris, cabachis; en el Napo/ Amazonas se hallaban los iquitos, amaguas, pebas, zavas, caumares, caraches, zuriamagas, gayas, etc. Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 103-154. ISSN: 0482-5748


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