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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

EL ASESINATO DE VÍCTOR DARMON Y LA CRISIS HISPANO... 265 días más tarde. El cónsul de Nápoles, a cargo del consulado de Francia, y el vicecónsul británico comunicaron el incidente al príncipe y este estableció una tregua de tres días para que el cónsul napolitano pudiera desplazarse a Larache para conferenciar con el bajá. Al tercer día, enviaría un vapor. Si entonces el Majzén no había respondido satisfactoriamente a las exigencias de su Gobierno, regresaría con la escuadra y bombardearía Tánger. El príncipe advirtió al cuerpo consular del inminente bombardeo para que pudiera poner a sus nacionales a salvo antes de que concluyera el plazo. Sin embargo, el bajá de Tánger se opuso resueltamente a su evacuación, por lo que los cónsules apelaron al bajá de Larache, comisionando a su colega de Nápoles para obtener su autorización. Después de mucho insistir, obtuvo su beneplácito, aunque al entregarle la orden le comunicó que haberla firma-do le costaría la cabeza, pero consideraba preferible que pereciera un solo hombre a que murieran muchos. Para conjurar la tempestad, envió al sultán un regalo valorado en torno al medio millón de francos. Los cónsules soli-citaron al príncipe que esperase el regreso del cónsul británico, que había viajado a la corte a entrevistarse con el sultán para llevar a buen término su mediación, antes de romper las hostilidades. Aunque finalmente se autorizó partir de Tánger a europeos y judíos, tuvieron que dejar atrás sus posesiones e incluso un hebreo de nacionali-dad francesa se vio obligado a pagar 100 duros para que los marroquíes permitieran embarcar a su mujer. El 24, un vapor británico evacuó a sus ciudadanos y, al día siguiente, los españoles abandonaron la ciudad a bordo de un bergantín, aunque el cónsul continuó en su puesto.50 Los súbditos de las potencias neutrales estaban prestos a embarcarse cuando comenzaran las hostilidades. El reino de Cerdeña puso una corbeta a disposición de quienes quisieran refugiarse en ella. El 25, se esperaba que llegaran a Tánger 6.000 soldados marroquíes como refuerzo. Aunque el bajá publicó un bando de-cretando que quienes ofendieran o insultaran a los cristianos serían castiga-dos con la pena capital, ningún europeo se arriesgó a esperar la llegada de Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 243-282. ISSN: 0482-5748 estas tropas.51 Mientras tanto, el príncipe de Joinville aguardaba en Cádiz a que se consumara el plazo de tres días que había otorgado para que se cumplieran las condiciones del ultimátum. En el ínterin, recibió una comunicación del mariscal Bugueaud, fechada el 19 de julio, poniéndole al corriente de la 50  Informe de Rafael Delgado, capitán de la fragata Cristina al brigadier Tomás de Sostoa, co-mandante de la división naval, relativo a la evacuación de europeos y hebreos de Tánger, 25 de julio de 1844, en El Católico, 8 de agosto de 1844, págs. 306 y 307. 51  El Católico, 2 de agosto de 1844, págs. 259 y 260; 1 de agosto de 1844, pág. 251; 29 de julio de 1844, pág. 228.


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