Page 267

REVISTA HISTORIA MILITAR 116

EL ASESINATO DE VÍCTOR DARMON Y LA CRISIS HISPANO... 267 eslora que un navío, fue el primero en zarpar. Pronto levaron anclas los demás y formaron una línea, abarloándose a los navíos y a la Belle Poule. El Jemmapes, de 102 cañones, que enarbolaba la insignia de contralmirante, se puso en movimiento remolcado por el vapor Pluton hasta acoderarse a unos tres cables de las baterías marroquíes, seguido por el Suffren, de 90 cañones, remolcado por el Véloce, mientras el Triton, la Belle Poule y dos bergantines se acoderaban frente a la playa del fondo de la bahía, donde los marroquíes habían instalado una batería. A las ocho, la insignia de mando pasó al Suffren. Veinticinco minutos más tarde, la escuadra abrió fuego y le respondió la artillería de la ciudad, pero la abrumadora superioridad de los cañones franceses y de los cohetes Congreve lanzados por los vapores hizo que prácticamente dejara de disparar a las nueve, después de haber sufrido grandes destrozos. A esa hora, el Triton fue remolcado una milla al oeste por el vapor Cocite hasta la distancia de tiro de metralla del Fuerte del Re-negado, cuyos defensores únicamente pudieron hacer dos disparos, ya que sus baterías fueron desmanteladas por la primera descarga del navío, tras la cual huyeron despavoridos. Las escuadras de las potencias presentes en la rada contemplaron de cerca el bombardeo, cuyos ecos pudieron oírse desde Cádiz hasta Gibraltar.56 Con este ataque, las baterías de Tánger, que sumaban 105 piezas mal montadas y peor servidas, quedaron completamente destruidas, saliendo in-demnes únicamente las tres situadas al otro extremo de la bahía, aunque la población recibió pocos daños. Después del bombardeo, los cabileños bajaron de las montañas y entraron en la ciudad a pesar de la oposición del bajá, donde asaltaron los consulados y las casas de algunos europeos. Los galos tuvieron 28 bajas, entre muertos y heridos, y algunas embarcaciones sufrieron ligeras averías, pero las pérdidas marroquíes fueron considerables. En caso de que Muley Abderramán no cediera a las exigencias formuladas en el ultimátum, el príncipe de Joinville tenía orden de hostilizar los puertos del Imperio. Al caer la tarde, la escuadra puso rumbo a Mogador. Había estallado la guerra entre Francia y Marruecos. París contaba con el apoyo de las potencias europeas: España prestaba apoyo logístico a su Armada, que utilizaba abiertamente el puerto de Cádiz. Suecia, Dinamarca, los Países Bajos y Nápoles habían comunicado al Gobierno francés por vía diplomática que esperaban que hiciera entrar en razón al sultán y le obligase a tratar a los cristianos residentes en Tánger como era debido. Prusia y el Imperio austríaco anunciaron que verían con sumo gusto que Francia casti-gara al sultán, siempre y cuando no se apoderase de ningún territorio. Aquel 56  El Católico, 12 de agosto de 1844, págs. 339 y 340. Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 243-282. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR 116
To see the actual publication please follow the link above