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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

268 JORGE LUIS LOUREIRO SOUTO mismo día, arribó a Mogador el vapor británico Vesubio llevando a bordo a su cónsul, sir William Auriol Drummond-Hay, que portaba la respuesta al ultimátum del Gobierno español.57 Mientras tanto, en la frontera de Argelia, Sidi Mohamed, el primo-génito de Muley Abderramán, se había puesto al frente del contingente ma-rroquí, cuyos efectivos aumentaban día tras día. A medida que crecían sus fuerzas, también se incrementaba su orgullo, y el vástago del sultán requirió a los franceses que abandonaran Lalla Maghnia si querían la paz. Los mu-sulmanes pensaban que para los franceses sería imposible resistir el empuje de una masa de combatientes como la que se había reunido, en cuyas filas se encontraban los guerreros más afamados del Imperio de Marruecos. En el campo marroquí reinaba el entusiasmo y se hablaba abiertamente de tomar Tremecén, Orán e incluso la misma Argel, desatando una yihad que expulsa-ra a los infieles de los territorios del islam. El hijo del sultán esperaba la lle-gada de los contingentes de Infantería de las cabilas Benisinassem y del Rif para atacar a los franceses en Lalla Maghnia, ya que planeaba lanzar contra ellos la Infantería desde las montañas que dominaban la posición mientras la Caballería las envolvía en la llanura. El mariscal Bugeaud estaba al mando de las fuerzas francesas. Los primeros días de agosto fueron jornadas de inquietud para los galos, ya que sus convoyes de aprovisionamiento estaban siendo atacados, se temía la de-fección de las cabilas aliadas y las partidas de reconocimiento marroquíes se habían aproximado hasta la distancia de un tiro de fusil de Lalla Maghnia en dos ocasiones, atacando los puestos avanzados. Bugeaud temía que las cabilas argelinas se rebelaran si continuaba aquella situación, impidiendo el aprovisionamiento de su ejército. Aunque hubiera preferido esperar el ataque del enemigo en lugar de dirigirse contra él para evitar a sus hombres una marcha de ocho leguas bajo el asfixiante calor del verano argelino, la incertidumbre que despertaba la espera y la declaración oficial de guerra le impulsaron a tomar la iniciativa. El 12 de agosto, el general Bedeau llegó a Lalla Maghnia al frente de tres batallones y seis escuadrones. Al día siguiente, Bugeaud ordenó un avance hacia el campamento marroquí aparentando un gran forrajeo para ocultar el movimiento ofensivo. Al caer la noche, las columnas se unieron a los forrajeadores y se acampó en orden de marcha, en silencio y sin hogue-ras. A las dos de la madrugada del 14, el ejército se puso en movimiento y 57  Lalanne, E.: La France et ses colonies au xix siècle, París: Alcide Picard et Kaan, éditeurs, 1893, pág. 51; Drummond-Hay, J. H.: op. cit., págs. 332-339; El Genio de la Libertad, 21 de agosto de 1844, pág. 2; El Heraldo, 15 de agosto de 1844, pág. 2; 13 de agosto de 1844, pág. 3; El Católico, 14 de agosto de 1844, págs. 355 y 356; 13 de agosto de 1844, págs. 342 y 343. Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 243-282. ISSN: 0482-5748


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