Page 303

REVISTA HISTORIA MILITAR 116

GABRIEL DE YERMO, EL PATRIOTA FIEL 303 ro; en el centro, los más bravos, diestros y mejor armados charros, rancheros y vaqueros a caballo y, guarda en la retaguardia como reserva para impulsar el ataque al Regimiento del Príncipe y tres escuadrones de charros lazado-res y cazadores a caballo. Miguel Hidalgo e Ignacio Allende se dividieron el mando de la reserva, con Juan Aldama comandando la Caballería de la derecha, el coronel Narciso María de la Canal la Infantería de la izquierda, y Abasolo al frente. Enfrente, Trujillo, ya animado con sus dos bocas de fuego y sus cuatrocientos hombres de refuerzo, ocultó sus cañones entre la maleza del bosque. Pronto se lanzó la columna insurgente contra la vanguardia realis-ta, repelidos en ese momento por la fusilería y los disparos de la artillería realista. Los insurgentes que fueron frenados por un momento, resistieron y sobrepasaron las trincheras realistas, defendidas por el sargento mayor Mendívil y el Regimiento de Tres Villas. El equilibrio de las fuerzas en la batalla se rompió en contra de la di-visión realista. En el lado más izquierdo, en lo alto de unas lomas, el general insurgente Mariano Jiménez al mando de tres mil indios y un cañón domi-naba al núcleo y reservas de Trujillo. Los acontecimientos obligaron al jefe realista a cambiar el orden de batalla. Situó a la izquierda al capitán Antonio Bringas con los jinetes de Yermo y dos compañías del Regimiento Tres Vi-llas; por la derecha mandó al teniente Agustín de Iturbide con las restantes compañías del mismo cuerpo, y en el centro posicionó a los mulatos de milicia y dragones a pie del Regimiento España, al mando de José Mendívil. El combate se generalizó por todo el frente de batalla. Trujillo inten-ta, sin conseguirlo, contener a la división de Jiménez con sus reservas. La situación resultó crítica cuando uno de sus cañones fue desmontado y el te-niente Ustóriz y el sargento mayor Mendívil35 resultaron heridos. El ataque enemigo fue cada vez más fuerte y un grupo de charros rebeldes, armados con reatas, se abrieron paso a lanzazos entre la masa de dragones españoles, hasta alcanzar el otro cañón que aún hacía fuego sobre la fuerza insurgente, llevándoselo a cabeza de silla hasta el campo insurgente, en donde inme-diatamente fue utilizado contra los realistas. Agustín de Iturbide, consciente de la trascendencia de esta pérdida, se lanzó al frente de un pelotón del Regimiento de Tres Villas a recuperarlo. Su valiente iniciativa será frenada de súbito por los infantes de Valladolid, entablándose un combate cuerpo a cuerpo que diezmó a la unidad realista. Transcurrida media hora, los restos de la división de Trujillo se re-tiraban desordenados por el monte perseguidos de cerca por la caballería 35  Gazeta de la Regencia, 1811, págs. 53-58. «Parte del coronel D. Torcuato Truxillo». Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 283-314. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR 116
To see the actual publication please follow the link above