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ción era similar para el ejército, que compartía la responsabilidad de lo ocurrido2. En estas circunstancias se produjo la llegada al trono de un nuevo rey, Alfonso XIII, que sustituía a la Reina Regente. Fue coronado en 1902 y se encontró una situación compleja, como hemos comentado, a la que se añadió la que podríamos resumir, una crisis general de la Restauración, puesta en marcha por el gobierno de turno. La crisis que se encontró el rey era debida a los problemas siguientes: luchas sociales, la perenne cuestión religiosa, el ejército humillado, los nacionalismos, y la deuda arrastrada de los gastos de la guerra colonial. En ese año 1902, España pasaba por la primera experiencia de regeneración, cuyo protagonista era entonces el partido conservador, que gobernaba con mucho cuidado, para no chocar con el estamento militar puesto que el nuevo rey, según Cánovas3, la había convertido-por herencia- en una monarquía militar. Veamos un poco más la situación del ejército y para ello haremos uso de la historia institucional del cuerpo de oficiales del Ejército. El rey era muy afectuoso con los militares, los trataba como era habitual en los Borbones con cierta campechanía, aunque tenía muy en cuenta la historia para evitar enfrentamientos entre el poder militar y el civil. Bien es cierto, que el asunto no era grave, pues el ejército por falta de cohesión -era muy auto crítico y estaba muy dividido- nunca tuvo un papel predominante. En 1902, como hemos comentado, subió al trono un rey educado por militares y que admiraba al ejército alemán. Por otro lado la ambigüedad de la Constitución de 1876, no claramente democrática, ayudó al rey, ya que le hacía detentar el mando supremo del Ejército y de la Armada y lo único que se le oponía, era el refrendo de ciertas decisiones palatinas por el Parlamento, lo que traía consigo un tira y afloja entre el rey y sus ministros. Téngase en cuenta que el rey nombraba a los ministros, entre ellos al Ministro de la Guerra, que mandaba en el Servicio de Aerostación, aunque debemos comentar que no era menos cierto que los militares tenían imbuido que solo debían lealtad, fidelidad y obediencia al rey, supremo jefe del Ejército. Ante las consideraciones anteriores, tanto la reina regente como después el rey, lo que sí hicieron fue una política de apoyo al ejército, con proclamas, visitas, uso de uniforme, entrega de estandartes etc., para que el pueblo los identificara como jefes supremos de las fuerzas armadas. La llegada a la Corona de Alfonso XIII por tanto hizo reforzar los lazos de la misma con la milicia. Así pues, los militares de Guadalajara encontraron, en cierto modo, un clima favorable en las altas esferas del ejército, que como veremos supieron aprovechar, ya que no desconocían la inoperancia de los ministros de la Guerra, por los continuos cambios, y lo suplieron con una gran facilidad de acceso al rey. Esto fue posible por la organización del Cuarto militar del rey, pues el acceso al rey lo controlaba el Comandante general del Cuerpo de Alabarderos, y además el rey tenía de ayudantes y asesores a tres generales ayudantes de campo, siete jefes de ayudantes de órdenes y un número indeterminado de oficiales honorarios. Los ingenieros militares de Guadalajara condujeron de manera magistral este acceso al rey para la tarea que se habían propuesto, que era hacer nacer la aviación española. Veremos ahora de donde salió el grupo promotor que hizo nacer la aviación española por medio del Primer Plan Aeronáutico y crear el complejo militar de aviación en los años posteriores a 1902. 2.- LOS INGENIEROS MILITARES DE GUADALAJARA Guadalajara está situada a 60 kilómetros de Madrid y ha sido la ciudad que más influencia ha tenido en el nacimiento de la aviación. Dicha ciudad era desde finales del siglo XIX, sede de un prestigioso centro de enseñanza militar, la Academia de Ingenieros del Ejército. En Guadalajara tenía su sede desde 1896 el Servicio de Aerostación y el Parque Aerostático, dependientes del Establecimiento de Ingenieros del Ejército que se ocupaba de los globos y dirigibles, dependiendo del Ministerio de la Guerra, bajo el mando del comandante l Pedro Vives. El 31 de diciembre de 1901 ya empezaron las ascensiones en globo cautivo y las de vuelo libre un año más tarde 1902. Entonces se puso en servicio la Escuela Práctica de pilotos militares de Globos aerostáticos por Real Orden de 26 de junio de 1901, pasando el servicio a Comandancia Exenta dependiente del Ministerio de la Guerra4. 2Según datos de Fernández Villaverde, Ministro de Hacienda, la pérdida de Cuba y Filipinas costó a España entre 3.000 y 3.500 millones de pesetas, pues aunque el coste inicial fue de 2.250 millones, se añadieron otros gastos adicionales como pérdidas de materiales de guerra, barcos, etc. Los 3.500 millones suponían un tercio del PIB español en 1900. Se palió en los años posteriores con un eficaz programa de Hacienda donde gastos e ingresos llegaron a estar equilibrados en 1908. 3Referencia en “Alfonso XII” de Carlos Seco Serrano. Ed. Crítica. Barcelona. 2007. 4“Historia del Arma de Ingenieros”, en cuatro tomos editada por Sucesores de Rivadeneira. Madrid. 1911. El rey Alfonso XII acompañado del teniente coronel Vives en la visita al polígono de Aerostación de Guadalajara el 26 de marzo de 1904. Visita del rey el día 1 de diciembre de 1904. 13


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