Alas giratorias en la Aviación Militar española

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS Cuando Juan de la Cierva ideó el autogiro, probablemente no pensase que con su proyecto iba a resolver uno de los problemas que durante tantos años llevaban intentando otros inventores. Efectivamente la historia de los intentos del hombre por volar con alas giratorias se llevaba pretendiendo desde hacía varios siglos. En la antigüedad más remota, no se han encontrado documentos escritos sobre el vuelo vertical y sólo se tiene la tradición oral. El primer documento que hay sobre ello se remonta al siglo IV a.C. cuando el gran alquimista Ko Hung escribía en el “Pao Phu Tzu”: Alguien le preguntó al Maestro sobre los principios (tao) para escalar alturas peligrosas y viajar en el espacio. El Maestro dijo. “Algunos han construido carros voladores con madera partiendo del interior de un cubo de azufaifa, usando correas de cuero unidas para revolver palas que ponían a la máquina así en movimiento”. Según Joseph Needham, no cabe duda que el primer proyecto presentado por Ko Hung es un juguete con “palas giratorias o que se revuelven” y que difícilmente pueden significar otra cosa, especialmente en conjunción con una cinta o correa. La tradición oral de antiguas memorias chinas, nos dice que siglos antes de Cristo, los mandarines –depositarios del saber en aquel tiempo, además de altos dignatarios del Estado– consiguieron fabricar rudimentarios artefactos mecánicos que se elevaban verticalmente. Estos juguetes consistían en un palo con una hélice acoplada a un extremo, y que al girar el palo entre las manos el juguete salía volando. Este juguete, en Europa, en el siglo XVIII se llamó “Peonza china”, aunque se piensa que era conocido en Occidente, ya en la Baja Edad Media. Dibujo de Leonardo de Vinci, que representa una hélice sustentadora horizontal que le acredita como diseñador pionero del helicóptero. Leonardo de Vinci (en 1.480), entre sus numerosos manuscritos y diseños sobre el vuelo mecánico y el vuelo de los pájaros, nos ha dejado el esquema de un aparato formado por una superficie helicoidal con espiral continua, apto para el vuelo vertical. Sobre éste artefacto, el mismo Leonardo decía: “Pienso si este instrumento hecho a tornillo estará bien hecho, es decir, con lienzo, cerrado con almidón y vuelto con presteza, que dicho tornillo se haga mujer en el aire y se eleve”. Después del Renacimiento se construyeron varios dispositivos inspirados en el proyecto de Leonardo. La primera representación que se conoce de cualquier clase de aparato volador mecánicamente accionado es de principios del siglo XIV. Esta ilustración se encuentra en un manuscrito flamenco en la que se ve un niño accionando una especie de helicóptero movido con una cuerda. Asimismo en el siglo XVI, el pintor Jean Bellegambe realizó un óleo “Los Santos Inocentes” donde figura un niño con un molinete que puede ser considerado como precursor del helicóptero. Por otro lado, J.F. Navard reclama para Francia la paternidad del helicóptero, mostrándonos un retablo del maestro Vivain (siglo XV) que representa a la Virgen y al Niño con San Benito en el que aparece el Niño Jesús sosteniendo en su mano derecha una especie de helicóptero de juguete. Asimismo, en 1754 Lomonosov en Rusia construyó un modelo con hélices contrarrotatorias movidas por un aparato de relojería y años después en 1768, Paucton en Francia, diseña un modelo “Pterophore” con dos hélices, propulsora y sustentadora, movidas por medios humanos. Desgraciadamente, tendrían que pasar bastantes años antes de que el “ala giratoria” surgiera en el mundo científico. La primera noticia con fundamento científico, tuvo lugar en 1784 cuando, cuando el 1 de mayo, se presentó en París, en la Academia de Ciencias, un modelo de helicóptero, proyectado por dos franceses, Launoy (naturalista) y Biènvenu (mecánico). El juguete consistía en dos hélices de pluma de pájaro, giratorias en sentido inverso (contrarrotatorias diríamos hoy) por la acción de una ballesta de acero fija en un rotor; el otro se movía mediante un cordel que se enrollaba en su eje y que al desenro- 138 Alas giratorias en la Aviación Militar española ADOLFO ROLDÁN VILLÉN Coronel de Aviación Académico C. de la Real Academia de la Historia Las innovaciones técnicas y los éxitos alcanzados por el vuelo vertical hicieron que, en los años que preceden a la I Guerra Mundial inspirasen a los inventores que, con ilusión desbordante y fe inquebrantable en el nuevo vehículo, lograran con sus experimentos que el helicóptero no fuera un simple juguete, sino una gloriosa realidad Los Santos Inocentes, óleo de Jean Bellegambe (1535), en el que el pintor pone en la mano de un niño un juguete que puede ser considerado como un artefacto volador, antecesor del helicóptero.


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