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En la reunión del Consejo de Administración del 13 de noviembre se aprobó el envío de una carta a Horacio Echevarrieta, cuyos términos no fueron transcritos en el acta correspondiente, si bien se aclaraba que su fin era informarle acerca de una situación de incompatibilidad a cuenta de su acuerdo con la compañía aérea alemana Deutsche Luft Hansa AG, por lo que se renunciaba a los compromisos previamente establecidos18. La opción de adquirir unos terrenos en las proximidades de Matagorda iba a estar sobre la mesa del Consejo de Administración con motivo de la entrada de la Sociedad Española de Construcción Naval en el capital de CASA concretada en mayo de 1927, hito del que enseguida se hablará. Esta nueva posibilidad quedó enseguida descartada, como también fueron desestimadas otras gestiones llevadas a cabo por Ortiz-Echagüe, de las que había dado cuenta en la reunión del Consejo de Administración del 11 de julio de 1927, centradas en la posible adquisición por 325.000 pesetas de unos terrenos de la Compañía Transatlántica sitos en el coto de la Algaida. En este último caso sucedió que esos terrenos se revelaron inadecuados ... en vista de que la naturaleza del suelo no ofrece seguridades para aterrizajes .... La solución final fue aprobada en la reunión del Consejo de Administración del 4 de agosto de 1927 y consistió en comprar unos terrenos en Puntales, en el propio Cádiz, que al parecer ya habían sido objeto de negociación con el Ayuntamiento de Cádiz en 1925, ampliándolos con los adquiridos a otros dos propietarios. Tres fueron pues los precios de compra que CASA hubo de pagar: Benito Mariñas (compañía Varadero Mariñas, SA) vendió a razón de 5 pesetas/ m²; Mariano Batista a 4 pesetas/m²; y en el caso del Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz se adquirió ... en el precio que la Corporación determine. En definitiva, la factoría de Cádiz quedaría concluida con dos años de retraso sobre las previsiones y ello obligó a improvisar. Cuando CASA conoció que Ramón Franco tenía el propósito de realizar un viaje alrededor del mundo en un Dornier Super Wal se ofreció para construirlo sin cargar el capítulo de los beneficios en el coste, pues se consideró que se trataba de una gesta de interés nacional que además tendría indudables réditos promocionales para la empresa19. Por otra parte, el 5 de mayo de 1927, el Servicio de Aviación Militar había contratado a CASA la construcción de 17 hidroaviones Dornier Wal20. Aunque el retraso en la disponibilidad de los talleres de Cádiz obligaba a hacer la mayor cantidad posible de elementos de los Wal en Getafe, la más afectada fue la construcción del Super Wal, cuyo fuselaje –o casco si se acude al argot naval– fue construido en un taller provisional ubicado en la Almadraba de San José y se trasladó a la factoría de Puntales a principios de mayo de 1928, previo derribo parcial de una pared para conseguir sacarlo al exterior. Alcanzado este hito el paso siguiente era establecer el plan de fabricación de los hidroaviones Wal contratados por el Servicio de Aviación, llegándose a la conclusión de que durante 1929 la producción debería estar comprendida entre 8 y 14. Desde luego la realidad acabó estando muy lejos de esas cifras pues en enero de 1930 figuraban como entregados cuatro Wal al Servicio de Aviación Militar y dos a la Aeronáutica Naval, que había adquirido un total de seis tras ser autorizada para ello en 192921. DEL OPTIMISMO A LA DEPRESIÓN Mientras eso sucedía, CASA había proseguido su proceso de expansión. Una junta general extraordinaria celebrada el 31 de mayo de 1927 acordó una nueva ampliación de capital, esta vez justificada por la entrada de la Sociedad Española de Construcción Naval como accionista de CASA. La ampliación aprobada ascendió a 750.000 pesetas repartida en 1.500 acciones de 500 pesetas de manera que el capital de la empresa quedó fijado en 2.750.000 pesetas. La Sociedad Española de Construcción Naval suscribió 970 de las acciones de la ampliación (485.000 pesetas) y sentó tres consejeros en el Consejo de Administración, José María Chávarri Aldecoa, nombrado presidente del Consejo de Ad- 87 El primero de los dos Breguet XXVI, configurado como versión sanitaria. El Breguet 19 Gran Raid nº 71 una vez reparado y modificado. En la reunión del Consejo de Administración (23/1/1926) se leyó un anteproyecto de contrato entre CASA y Dornier Metallbauten GmbH, aprobado por los consejeros autorizando a Ortiz- Echagüe para ultimar detalles y firmar


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