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cuerda, otra vez, a parte de las soluciones que Torres Quevedo propugnaba para los dirigibles semirrígidos en su patente de 1902 LA QUILLA INTERNA DE SECCIÓN TRIANGULAR DE LOS DIRIGIBLES SEMIRRÍGIDOS, 1902-1997 Tres de las cuatro patentes sobre dirigibles presentadas por Torres Quevedo estarían dedicadas a diferentes sistemas de dirigibles semirrígidos, las de 1902 y 1914 ya citadas y la de 1919 que veremos a continuación, aunque solamente se construi - rían finalmente dirigibles del sistema autorrígido de 1906. Una vez resuelto el problema de la navegación aérea con sus dirigibles trilobulados, y mientras la casa Astra comercializaba las sucesivas unidades a partir de 1912, el inventor español pasó a dedicarse prioritariamente a otro campo científico, el de la Automática, disciplina que sigue teniendo ese nombre hoy en día y que prácticamente había creado él con sus Ensayos sobre Automática de 1914. Sin embargo, en aquellos años la capacidad inventiva aeronáutica de Torres Quevedo seguía siendo requerida incluso por países como México. Efectivamente, en junio de 1913 desde este país se pidió a la casa Astra que investigasen la posibilidad de diseñar un dirigible para evolucionar entre 2.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar. El proyecto condujo a una nueva patente, concedida el 2 de marzo de 1914, por un sistema de “Globos fusiformes deformables”, es decir, un dirigible semirrígido de volumen variable para relaciones variables de presión atmosférica, densidad y temperatura. La que en la patente de 1902 era una viga semirrígida constituida por una combinación de tirantes de cuerda, cables de metal y largueros, se simplificaba en 1914 en forma de una viga metálica interior de sección triangular, a lo largo de la parte inferior de la envuelta, suspendida de una banda catenaria en la parte superior de la envuelta cilíndrica mediante tirantes de cuerda. Se buscaba, con esta disposición, que la disminución de la presión del gas no afectase a la forma de la envuelta. Más aún, en 1919, en el marco de los nuevos desarrollos aeronáuticos tras el final de la Primera Guerra Mundial, Torres Quevedo, animado por el Coronel Emilio Herrera, presentó la patente de un tercer sistema de dirigible semirrígido: el “Hispania”, concebido especialmente para realizar viajes transoceánicos. De nuevo, constituía una evolución de la patente de 1902, y se basaba en una estructura metálica interior de sección triangular, aunque más detallada que la del sistema de 1914, puesto que se aportaban también nuevas ideas para satisfacer los requisitos de un gran dirigible semirrígido trasatlántico para pasajeros (distribución del combustible, ubicación de los pasajeros, etc.). Paralelamente a los diseños de Torres Quevedo, y como adelantábamos antes, los primeros dirigibles semirrígidos efectivos fueron los construidos en Francia para los hermanos Lebaudy de acuerdo con los diseños de Henri Julliot. Después de los primeros ensayos con “Le Jaune” en 1903, la empresa fabricó diferentes unidades para el Ejército francés: el “Patrie” (1906), el “République” (1908), el “Liberté” (1909), etc. También construyeron un dirigible en 1910 para el Ejército británico mediante una suscripción pública coordinada desde el periódico londinense Morning Post. En todo caso, sería en Italia donde se desarrollasen más dirigibles semirrígidos. Los primeros, a partir de ideas parecidas a las de los Julliot-Lebaudy, fueron el “Italia” de Da Schio, el “Leonardo Da Vinci” de Forlanini-Dal Fabbro, y el “N.1bis” de Crocco-Ricaldoni. Todos ellos tenían grandes quillas articuladas emplazadas de uno a otro extremo de la base de la envuelta para distribuir los pesos y permitir menores presiones del gas que en los dirigibles flexibles. Sin embargo, los mejores dirigibles semirrígidos del mundo de antes y durante la Primera Guerra Mundial no empezarían a construirse hasta que recurrieron a otra de las soluciones presentes en la patente de Torres Quevedo de 1902. La clave de la mejora radicaba en el uso de la suspensión vertical interna para sostener la quilla triangular de elementos metálicos desde la parte superior de la envuelta. Al hacerlo así, la viga interior (la quilla + la suspensión vertical) proporcionaba la estabilidad necesaria de la que adolecían los modelos anteriores. Al mismo tiempo, la envuelta adoptaría la forma bilobulada que puede observarse en los “F-5” de Forlanini, la “Clase M”, etc., siendo las unidades más conocidas de este tipo los “Norge” (1926) e “Italia” (1928) de Humberto Nobile. De hecho, en 1922 la empresa norteamericana Goodyear ya había recurrido a Nobile para desarrollar un dirigible semirrígido para la US Army. Así, diseñaron conjuntamente el “RS-1”, que también tenía una quilla curvada de sección triangular (fabricada en duraluminio) y bandas catenarias interiores en la parte superior de la envuelta de las que salían los cables de acero que sostenían la quilla. Sin embargo, su viaje inaugural tendría que esperar hasta enero de 1926. Por otro lado, a comienzos de los años treinta, en un contexto internacional dominado aún por los modelos rígidos basados en el sistema Zeppelin, la casa Zodiac no sólo construyó los dirigibles trilobulados autorrígidos que destacábamos antes, sino que también emprendieron la construcción de dirigibles semirrígidos incorporando también estas ideas de Torres Quevedo. Empezaron en 1930 con una pequeña Vedette de 1.100 m³, la “V-10”; le siguieron dos grandes modelos semirrígidos en 1931 de 10.170 m³, los Eclaurieurs “E- 8” y “E-9”. Todos ellos tenían la característica apariencia bilo- 35 Esquemas de la patente de los “Globos fusiformes deformables”, 1914.


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