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que cualquier decisión que se tome en este contexto será puntualmente informada por los canales existentes para ello. P.—La situación de baja temporal para el Servicio ¿cómo afecta al ámbito del personal de Tropa y Marinería desde el punto de vista económico? R.—Será igual que para el resto del personal, puesto que es una imposición legal para todos los trabajadores al servicio de la administración pública, con todas las matizaciones y vías de excepción contempladas en las disposiciones normativas. P.—Por último almirante quisiéramos tranquilizar a otro sector de nuestro personal, del que dicho sea de paso nos ocupamos poco en el BIP, que es nuestro personal civil. Las últimas medidas presupuestarias imponen una reducción en la Administración del Estado, de ahí la intranquilidad registrada entre nuestros funcionarios y personal laboral ¿En qué situación se encuentra el personal civil de la Armada? R.—Por las noticias que yo tengo, derivadas de nuestros contactos y conversaciones con nuestra Subdirección General de Personal Civil, al menos en el Ministerio de Defensa las estimaciones actuales nos hacen pensar que con la reducción natural de aquéllos que se van jubilando, cuyas plazas se están amortizando, será más que suficiente para afrontar la reducción general de la estructura de la administración; no serán necesarias reducciones forzadas. Lo que sí podría haber, lógicamente, es propuestas de recolocación en aras a la optimización del rendimiento del personal civil, lo que se haría siempre dentro de la misma localidad de residencia. P.—En resumen almirante, ¿cuáles son sus prioridades y objetivos a corto plazo? R.—En términos generales, me preocupa continuar trabajando duro en unos sistemas de promoción y ascensos rigurosos y realizados sobre bases cada vez más fiables, una buena gestión de los destinos y, sobre todo, muy importante en los difíciles tiempos que corren, un exquisito cuidado por la moral y motivación de nuestro personal. entrevista a… Ciertamente, la Armada es una empresa exigente que tiene que funcionar. Toda decisión que se adopte en cualquier campo debe tener en cuenta que, en todos aquellos casos en que las necesidades de la Armada hagan preciso forzar la voluntad y los deseos de nuestros profesionales, es absolutamente necesario que este esfuerzo se reparta de forma equitativa –atendiendo, en aquellos casos en que así proceda, a los méritos y capacidad- entre todos aquellos a los que les pueda afectar. Nuestra gente está preparada para hacer los esfuerzos necesarios por la Armada, pero no está tan preparada para aceptarlo sin que se les explique la necesidad de ello ni para que, en el reparto de este esfuerzo, se trate a nadie de forma diferente a nadie. Personalmente, debo decir que me gustaría que nuestra gente se sintiera orgullosa de pertenecer a la Armada, en primer lugar como profesión, lo que pasa por tener una idea clara del servicio que prestamos a nuestra sociedad, pero también por la forma en que aquí se hacen las cosas. Con todas las deficiencias que son naturales en toda obra humana, debo decir que el artículo 18 de nuestras ordenanzas que dice que «la justicia imperará en las Fuerzas Armadas de tal modo que nadie tenga nada que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad» está siempre presente en nuestra mente a la hora de tomar cualquier decisión. Cierto que éstas no gustan en muchas ocasiones; cierto que los órganos directores no estamos libres del error; pero cierto también que nadie tiene motivos para dudar de la rectitud de intención de las decisiones que en cualquier campo de la gestión de personal se adoptan. Tal vez, y esto es un punto en que me gustaría incidir, los órganos de decisión en materia de personal debamos mejorar la proximidad a nuestra gente, explicando mejor el porqué de las cosas, propiciando su participación y mejorando los medios de consulta en el proceso de toma de decisiones y, en definitiva, abordando los problemas de la Armada como un equipo integrado de hombres y mujeres en un entorno de confianza cada uno, obviamente, desde su particular responsabilidad. C. Jáuregui BIP 62 Me preocupa continuar trabajando duro en unos sistemas de promoción y ascensos rigurosos y realizados sobre bases cada vez más fiables, una buena gestión de los destinos y, sobre todo, muy importante en los difíciles tiempos que corren, un exquisito cuidado por la moral y motivación de nuestro personal.


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