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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860

Frente a esta opción, la adquisición de más EF-2000 o AV-8 excedentes como solución interina tiene a su favor el coste, el know-how operativo y logístico previo y el posible apoyo al desarrollo de la industria nacional de defensa. Sin embargo, la adopción de una línea continuista no parece ser la adecuada en aras de promocionar el cambio cultural necesario tanto en el Ejército del Aire como en la Armada de forma que se olvide el planeamiento de capacidades centrado en plataformas y se evolucione hacia un planeamiento centrado en capacidades colectivas. Incluso cabría pensar que la opción más conveniente sería una tercera, combinación de las dos anteriores. En definitiva, cualquier solución interina podría ser potencialmente valida, pero siempre y cuando las limitaciones económicas no sacrifiquen el número de sistemas necesarios (la calidad no sustituye a la cantidad) y permita adoptar un nuevo enfoque conjunto y multi-dominio centrado en desarrollar las capacidades colectivas (sensores, redes, armamento, plataformas) que el poder aeroespacial debe aportar a la acción conjunta. EL EJEMPLO BRITÁNICO Y no tenemos que irnos demasiado lejos para ver que esa aproximación existe y, no sin problemas, funciona. La Joint Lightning II Force es una organización de la Royal Air Force (RAF) y de la Royal Navy (RN)responsable en la actualidad del proceso de implantación en las FAS británicas de las capacidades colectivas proporcionadas por el sistema de armas F.35B adquirido por el Reino Unido. Pero en el futuro19, será responsable de la operación de dicha capacidad tanto desde tierra como embarcado. Y lo hará con escuadrones conjuntos RAF/RN que operarán 138 aviones y en los que el personal será aportado proporcionalmente entre ambos. servicios20. Muchos argumentarán que ese nivel de integración es posible porque el eje central sobre el que gira es el hecho de disponer de la misma plataforma aérea para ambos servicios. Pero a mi entender, el motivo principal radica en que ambos ejércitos entienden que la entrada en servicio del F-35 no es más que el catalizador que debería permitir afrontar la transformación del poder aeroespacial de las FAS británicas en una fuerza capaz de combatir en la guerra del futuro caracterizada por el dominio de la información. En dicha fuerza todos sus componentes estarían plenamente interconectados y operaría como una organización centrada en la información en vez de en la plataforma. En definitiva, hay un proceso de cambio de mentalidad y de cultura militar en la que la RAF no piensa que el F-35 es simplemente un avión de combate más –un F-16 con capacidad furtiva21– y la RN no piensa que la recuperación de su capacidad de proyección de fuerza embarcada es un esfuerzo especifico sino conjunto. CONCLUSIÓN Mis reflexiones sobre las capacidades futuras del poder aéreo en el entorno de la Fuerza Conjunta se pueden resumir en dos frases de esas que podríamos denominar lapidarias: “la cantidad es una cualidad en sí misma”22 y “la cultura se come a la estrategia para desayunar”23. Dado el muy previsible carácter continuista de las líneas estratégicas definidas para la Defensa Nacional, el factor cuantitativo en la definición del FCAS debe ser preponderante a fin de proporcionar una disuasión creíble y una potencial respuesta para garantizar los intereses nacionales. En el contexto de la defensa colectiva, disponer de una fuerza aeroespacial de entidad numérica apreciable, sin descartar la calidad, va a ser en el futuro un activo muy valorado en las alianzas multinacionales que debería ser convenientemente aprovechado. Necesitamos desarrollar un pensamiento conceptual nuevo que nos aleje de ideas, organizaciones y culturas tradicionales centradas en tal o cual avión, y nos lleve a adoptar un nuevo enfoque conjunto y multi-dominio centrado en desarrollar las capacidades colectivas que el poder aeroespacial debe aportar a la acción conjunta. Si el Ejército del Aire y la Armada no hacen este esfuerzo de integración y de generosidad, al nivel que sea posible y conveniente, pero asumiendo cada uno su rol y trabajando conjuntamente buscando lo que es mejor para la acción conjunta, cualquier estrategia del poder aeroespacial será devorada por una forma de hacer y pensar –la cultura militar– propia de tiempos pasados. Y ese es un lujo que no nos podemos permitir. • 110 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2017


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