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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 861

ver retrasada su partida durante varios años o ser cancelados. La nueva tecnología disponible es la que, a pesar de sus dimensiones más reducidas, deberá permitirle obtener mejores resultados que sus antecesores. TESS quedó englobado en la categoría Astrophysics Explorer (Astro Ex), una nueva familia de plataformas ultrasofisticadas de la que será el primer integrante, y que busca obtener resultados y aportaciones interesantes a pesar de estar protagonizada por pequeños observatorios. Otra diferencia con respecto al Kepler es que su objetivo no será centrarse en una única pequeña parte del cielo que sirva de muestra representativa, sino realizar una búsqueda sistemática por toda la bóveda celeste, maximizando el rédito de su presencia en el espacio. Un objetivo tan ambicioso, en el marco de una misión de duración limitada, podría parecer atrevido, pero la tecnología del TESS lo hará posible, gracias a la rapidez y sensibilidad de sus observaciones. A pesar de todo, TESS deberá dedicarse a la localización de exotierras situadas relativamente cerca, a no más de 200 años-luz de nuestro planeta, y alrededor de estrellas bastante brillantes, debido a que carece de un telescopio como el Kepler. Su posibilidad de acceder a todo el cielo, en todo caso, le permitirá obtener un alto número de resultados positivos, en comparación al Kepler. Por supuesto, durante su investigación, el ingenio podrá descubrir no sólo objetos de tamaño terrestre, sino también supertierras y gigantes gaseosos de diversos tamaños, ya que la técnica fotométrica de investigación es igualmente válida para unos que para otros. La NASA aprobó en 2014 la misión para un despegue en diciembre de 2017 (aunque podría retrasarse hasta junio de 2018). Los planes indican que será lanzada al espacio a bordo de un cohete Falcon-9, proporcionado por la pujante compañía SpaceX, que tiene disponible medios de lanzamiento a precios más reducidos que su competencia equivalente. Controlado por el centro espacial Goddard de la agencia, el vuelo será gestionado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), con el Dr. George Ricker al frente de la misión como primer investigador. El TESS está siendo construido sobre una plataforma LEOStar-2 proporcionada por la empresa Orbital Sciences Corporation (ahora Orbital ATK). Es la misma que se ha utilizado en diversas misiones de pequeño tamaño de la NASA, como AIM, GALEX, ICON, NUSTAR, OCO o SORCE, y por tanto ha sido probada sobradamente en vuelos de carácter científico y particularmente en misiones astronómicas. La plataforma es capaz de orientarse con gran precisión en base a sus tres ejes. El vehículo pesará unos 325 Kg y deberá operar durante unos dos años. Dispondrá de dos paneles solares para proporcionar energía eléctrica a los instrumentos y los sistemas, y un sistema de propulsión para las maniobras. En cuanto al instrumental, el Lincoln Laboratory del MIT proporcionará sus cuatro cámaras. Todas ellas tienen un campo de visión de 24 por 24 grados y un sistema de lentes formado por hasta siete elementos ópticos. Respecto al detector de cada cámara, se trata de un CCID de 16,8 megapíxeles. Con ellas, utilizando la misma técnica que el Kepler, el satélite podrá revisar el brillo de más de medio millón de estrellas durante el transcurso de su misión, en busca de pequeños descensos en la luminosidad que delaten el paso frente a ellas de algún planeta. La técnica es útil solo para aquellos sistemas planetarios cuya inclinación con respecto a nosotros sea la adecuada, pero se espera que el gran número de estrellas que se observarán proporcione también una gran cantidad de candidatos, como ha ocurrido con el Kepler. Se estima que se podrán localizar más de 3.000 planetas extrasolares, de los cuales una sexta parte podrían ser exotierras y supertierras (con un radio inferior al doble del de nuestro planeta). Los telescopios terrestres también contribuirán a confirmar los candidatos a planeta extrasolar descubiertos por la misión TESS. (Foto: ESO) 208 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2017


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