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REVISTA IEEE 9

52 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 9 / 2017 posición como experto técnico como ventaja para promover sus intereses corporativos. La disconformidad se gestiona internamente, incluso en caso de dimisión. La aplicación del modelo al Reino Unido y a Grecia (Tabla II) muestra cómo ambas naciones han institucionalizado procesos para la formulación de las políticas de seguridad, entendidas de forma distinta debido a sus respectivas culturas políticas. En estos dos países, el proceso se halla bajo el control democrático de sólidas instituciones políticas, si bien en el Reino Unido está menos regulado, lo que concuerda con una cultura política poco amiga de la preceptiva legislación. Tradicionalmente, en el Reino Unido, debido a su bajo nivel de normativización, el proceso ha sido ágil y eficiente. También ha dado lugar a roces y contradicciones, ya que se basa en gran medida en juicios y relaciones personales25, lo que lo hace vulnerable a crisis de confianza entre los políticos y los oficiales militares de alto rango26. El sistema británico mantiene una separación de funciones típicamente huntingtoniana entre políticos y militares, en virtud de la cual los primeros marcan objetivos políticos y consiguen recursos a nivel nacional, mientras que los segundos dirigen operaciones militares para alcanzar los objetivos fijados a nivel político. Las experiencias de Iraq y Afganistán mostraron de varias maneras las vulnerabilidades del sistema. Por ejemplo, dejaron patente la falta de un entendimiento común de las funciones y responsabilidades de los principales actores27, o una insuficiente supervisión política de las actividades militares a priori a nivel táctico, pero con importantes consecuencias estratégicas y políticas. Para corregir estas deficiencias, el Gobierno británico inició una revisión del proceso de formulación de las políticas, finalizada en 2015, con objeto de racionalizar su estructura, clarificando la asignación de responsabilidades y aumentando su eficacia. El sistema revisado se basa en un Ministerio de Defensa fuerte y mantiene la misma división de tareas huntingtoniana. Proporciona asesoramiento militar al primer ministro y al Gobierno a través del jefe de Estado Mayor de la Defensa (CDS), pero ha restringido la influencia militar al haber retirado la participación directa de los jefes de Estado Mayor de los distintos Ejércitos en el proceso, reemplazándola por la contribución continuada del CDS. Además, el nuevo sistema ha creado un Consejo de Seguridad Nacional (NSC) a imagen del existente en Estados Unidos, en el que el CDS es solo un participante ad hoc. La experiencia demuestra cómo los expertos en la formulación de las políticas tienden a burlar el proceso cuando y como lo estiman conveniente. Durante los 25  DE WAAL, James, Depending on the Right People. British Political-Military Relations, 2001-10, London: Chatham House, 2013, p. 19. 26  Ibíd., VI. 27  PORSTOKEN, Lord Levene of et al., Defense Reform. An Independent Report into the Structure and Management of the Ministry of Defence, London: Ministry of Defence, 2011, p. 14. http://revista.ieee.es/index.php/ieee


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